Los de Amézola hacen unos vinos pelotudos que han triunfado como las pelis de Hitchcock y este Iñigo es estandarte de la casa porque está como para tirárselo por la cabeza. Hasta Robert Parker lo ha encumbrado entre los vinos de más de 90 puntos. Luce una pinocha intensa de veras, con mucha fruta, hollejo, especias y matices de crianza entre los que no faltan el regaliz y el tabaco. Es envolvente, con buen cuerpo y un final de esos largos y duraderos, como los matrimonios bien avenidos. Apuesta segura a todas luces.

  Guía de vinos: Rioja, Rioja Alavesa, Ribera de Duero ...