Evitaré ponerme estupendo y cursi como un José Manuel Parada de turno (ya sabéis, el del programa televisivo Cine de barrio), pero en este quesazo elaborado por una mujer, la sensibilidad se deja notar en cada pedazo. Arantxa Garaiburu, artista de los pies a la cabeza, colgó un día su bata de enfermera para elaborar junto a su marido dentro de la denominación de origen Idiazabal, un queso de bandera en los pastos de Berastegi, ya muy cerca de la muga con Navarra. La criatura, Larte, es notablemente fina y con personalidad, elaborada con leche de sus propias ovejas. Textura cremosa y firme, sin apenas ojos al corte, penetrante olor a cuajo natural y un sabor equilibrado e intenso a medida que la pieza va madurando, con maravilloso punto de acidez y gusto ahumado, en las piezas más doradas. También se atreven con otros productos bien ricos, como el chorizo o la cecina de oveja y un gazta-zaharra en crema que se sale del mapa: destaca por su generoso sabor a leche y por estar compensada de veras, empiezas y no paras, ¡qué sin vivir! El lunes me pongo a dieta.