Ya sabrán que el verano nos pone los dientes largos y que cada temporada sacamos a lucir los productos que no pueden faltar en las alacenas estivales. Nuestro recorrido por los aceiticos de oliva virgen extra es ya un clásico de la estación. Hoy nos marchamos hasta los pies de los Montes de Toledo, en Ciudad Real, donde se encuentran los olivos de los de Jaramartín, que ofrecen unas aceitunas de la variedad Cornicabra, cosa fina de las que resulta un zumo digno de rebotica, con entrada dulce y sabrosa, de textura suave, punto amargo a hoja verde bien molón, aromas de manzana y hierba fresca y un sabor punzante final. La casa produce dos variedades, ambas obtenidas de la misma aceituna: el ‘Jaramartín’ y otra limitada denominada ‘Reserva de familia’. Esta última se recolecta en un momento más temprano de maduración y el resultado es de color más intenso y fosforescente con un sabor más pronunciado. Igual da, si lo encuentran por ahí en cualquiera de sus versiones ilustren sus elaboraciones con un buen chorrazo y disfruten.