En 1908, José Terreros Astibia, un joven natural de Leitza, decidió desplazarse a Muskiz, en la zona minera vizcaína. Aquí comenzó su actividad comprando y vendiendo ganado, al mismo tiempo que regentaba junto con su esposa, Julia Ruiz Morales, un pequeño despacho de carne. La carnicería Fernández Terreros sigue regentada hoy por la tercera y cuarta generación de la familia, que cuidan su producto con mimo exquisito por ser, entre otras razones, ganaderos de vacuno, en concreto de raza Limusina y de porcino, comercializadores de cerdo Basatxerri para más señas. Preparan unas morcillas morrocotudas elaboradas a la manera de la bisabuela Julia, entre cuyos ingredientes básicos se encuentran el arroz, la sangre y manteca de cerdo, cebolla, puerro, sal y una mezcla de cinco especias naturales que ellos mismos muelen y mezclan. Un producto artesanal y natural, que tiene la chispa perfecta y nada agresiva de las especias, que actúan como conservante natural, en una fórmula secreta. Se pueden pedir por Internet. ¡Viva Muskiz!