Semana del 14 al 20 de octubre de 2006
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CONSEJOS
Es una bebida para adultos
sanos, no para gestantes, niños y bebedores
compulsivos.
No consuma vino en ayunas.
FConviene beberlo en familia, con los suyos
dentro del mejor estilo de vida de los países
mediterráneos.
Deguste el vino con sus hijos adultos y reflexione
sobre el placer de esta bebida.
El vino es una bebida que contiene alcohol y
debe tomarse con moderación.
Los europeos que viven en el área mediterránea,
son los mayores consumidores de vino del mundo:
encabeza la lista Luxemburgo (58,6 litros porpersona
y año), seguida de Francia (56, en claro
descenso por los controles de alcoholemia),
Italia (53), Portugal (46,8), España
(30), Australia (20,6) y Chile (14,6).
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La ciencia del vino
Una avalancha de estudios
confirma los efectos beneficiosos de un consumo moderado
de tinto
JESÚS LLONA LARRAURI
Una avalancha de estudios científicos
elaborados por investigadores de todo el planeta ha
confirmado, por si quedaban dudas, los efectos beneficios
que reporta un consumo moderado de vino. El corazón
es el principal beneficiario de uno de los elementos
primigenios de la dieta mediterránea, aunque
beber una o dos copas de tinto reduce también
los riesgos de padecer colesterol malo y cáncer.
Los científicos añaden que el abuso echa
por tierra los aspectos positivos, pues dos nunca ha
sido sinónimo de veinte.
La paradoja francesa
El profesor Serge Renaud, director de la Unidad de Investigación
de Nutrición y Cardiología de Lyon lo
llama la Paradoja francesa. Los franceses
comen queso, mantequilla y grasas animales y sus tasas
de colesterol en sangre son elevadas, pero la mortalidad
coronaria, muy baja. Los ciudadanos que viven en el
sur del país consumen carne de pato rica en grasas
monoinsaturadas (como el aceite de oliva) y todavía
se alejan más de las enfermedades coronarias
que el resto de los ciudadanos franceses. ¿De
qué privilegio disfrutan? El vino, en pequeñas
cantidades, es un agente terapéutico si se toma
mientras se come, porque sus componentes son magníficos
antioxidantes que previenen las enfermedades cardiovasculares
y el cáncer. Los estudios del Instituto Nacional
de la Salud, de Francia son significativos: el consumo
de dos-tres vasos diarios de tinto hacia disminuir el
riesgo de muerte por infarto de miocardio y por apoplejía
en un 33%.
Combatir el frío
La cifra de enfermedades cardiovasculares en Dinamarca
descendió un 30% en los últimos 15 años,
mientras los daneses aumentaron el consumo de vino otro
30%. El estudio se hizo sobre 6.051 hombres y 7.234
mujeres en un periodo de 12 años y sus autores
llegaron a una conclusión muy clara: «Los
bebedores regulares de vino tienen cifras de mortalidad
inferiores a los que no beben nunca».
Médicos cobayas
La prestigiosa The New England Journal of Medicine
ha publicado los resultados de un estudio prospectivo
de 22.071 médicos varones con edades comprendidas
entre 40 y 84 años, indicando que el consumo
bajo o moderado de vino reduce el riesgo total de sufrir
un ictus isquémico.
En las mujeres
Un estudio publicado en la revista científica
Annals of Internal Medicine explica que
consumir vino de forma moderada puede reducir significativamente
el riesgo de desarrollar hipertensión entre mujeres
de edades comprendidas entre 25 y 42 años. Los
expertos censaron la reducción del riesgo hasta
en un 14% en comparación con las jóvenes
no bebedoras. La investigación se hizo sobre
una muestra de 70.000 enfermeras cuyo historial médico
se estudió desde 1989, puntualizando que cuando
el consumo era superior a 10 copas a la semana, el riesgo
se incrementaba un 30%.
Más no es menos
Dos vasos de vino al día reducen a la mitad el
riesgo de sufrir un segundo infarto u otro tipo de complicación
cardiovascular, tras un seguimiento de cuatro años
realizado en la Universidad Joseph Fourier de Grenoble,
Francia. El mayor índice de casos, 34%, se produjo
en pacientes que no habían consumido vino, seguido
por los que bebían menos de dos vasos al día,
mientras los que bebieron dos vasos de vino al día
se situaron en un 16%. La dieta mediterránea
que incluye cantidades moderadas de vino, disminuía
en un 70% las afecciones cardiovasculares o fallecimientos
después de padecer un ataque cardíaco.
También ginebra
Bajo
el titulo de Vino y enfermedades cardiovasculares,
Ramón Estruch, del Servicio de Medicina Interna
del Hospital Clínico de Barcelona, presentó
un estudio destinado a dar a conocer los mecanismos
que se ponen en marcha ante la ingesta regular y moderada
de vino. En el estudio comprobó que tanto el
consumo de caldos y de ginebra reducían los niveles
de factores sanguíneos causantes de inflamación,
la proteína C reactiva, el fibrinógeno
y la interleukina alfa, lo que indica que el efecto
antiinflamatorio de las arterias se debía al
etanol, alcohol contenido en las dos bebidas. Sin embargo
se vio que sólo tras el consumo de vino, y no
de ginebra, se reducían significativamente los
niveles de ciertas moléculas de adhesión,
por lo que este mayor efecto antiinflamatorio del vino
debe atribuirse a los componentes del vino que no son
alcohólicos, sino a los polifenoles, de una gran
capacidad antioxidante. Las conclusiones parecen claras:
reduce la incidencia de cardiopatía isquémica
entre un 10% y un 30% en los sujetos sanos y entre un
30 y 40% en pacientes con enfermedad coronaria; aumenta
el HDL o colesterol bueno en 3,99 mg dl.;
diminuye el riesgo de cardiopatía coronaria un
16,5%; reduce la oxidación del LDL o colesterol
malo; inhibe sensiblemente la agregación
de plaquetas a la pared arterial, frenando la aparición
y progresión de la arteriosclerosis.
Plaquetas
Un estudio elaborado por el Centro de Investigación
de Barcelona valoró que el consumo moderado de
vino, un vaso al día, reduce entre un 30 y 40%
la deposición plaquetaria en la pared celular
y por tanto, inhibe la formación de trombos.
Uno o dos vasos
El equipo dirigido por los doctores Álvaro Urbano-Vázquez
y Ramón Estruch, comprobó que el consumo
moderado de vino 30 gramos al día para
los hombres y 15 para las mujeres equivalentes
a dos y un vaso respectivamente reduce hasta un 96%
la aparición y progresión de la arteroesclerosis
y previene los infartos por las características
antiinflamatorias y antioxidantes de esta bebida alcohólica.
A todos ellos se les pidió que bebieran dos vaso
de vino al día durante un mes, y al mes siguiente
debían tomar esta misma cantidad de alcohol,
pero de ginebra, una bebida que no contiene polifenoles.
Las causas
¿Qué tiene el vino para ser responsable
de efectos beneficiosos para la salud? Los polifenoles,
sustancias que antes conocíamos como taninos.
Son las catequinas y la quercetina, abundante en los
vinos tintos, que ayudan a mantener limpias las arterias
y contribuyen a evitar enfermedades cardiovasculares.
La extracción de los compuestos fenólicos
comienza con el pisado de la uva y sigue durante la
maceración y fermentación. La piel del
grano contiene también flavonoides, antocianos
que dan color al vino, y resveratrol, sustancias de
gran capacidad antioxidante que protegen a las lipoproteínas
LDL o colesterol malo de la oxidación, porque
cuando este fenómeno sucede esta afección
pasaría a iniciar o engrosar una placa de ateromas
en el interior de las arterias.
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