Semana del 10 al 16 de diciembre de 2005
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Ensalada de lentejas
Ingredientes para 6 personas
Una taza de
lentejas
1/4 vasito de
aceite de oliva
2 zanahorias,
una cebolla, 2 dientes de ajo, una hoja de laurel,
una cucharadita de tomillo, un tallo de apio,
perejil, sal, pimienta y 2 cucharadas de zumo
de limón
Preparación
Cortar las zanahorias
en daditos y la cebolla en rodajas. Picar el ajo.
Poner las lentejas, zanahorias, cebolla, ajo,
hoja de laurel y tomillo en un cazo con agua.
El agua debe cubrir todos los ingredientes. Calentar
y hervir a fuego lento durante 15-20 minutos.
Escurrir las lentejas y los demás ingredientes
y dejar enfriar. Añadir el aceite de oliva,
el apio, el perejil, sal y pimienta y mezclar
muy bien. Servir a temperatura ambiente.
Trucos
Si andamos escasos
de tiempo se pueden utilizar lentejas de bote,
aunque debemos recordar que es un producto fácil
de preparar con antelación. Si quiere preparar
la ensalada antes, es importante sacarla una hora
antes del frigorífico para que adquiera
la temperatura del ambiente.
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Equilibristas en la cocina
Las soluciones sencillas
superan claramente las pretensiones grandilocuentes
de muchos cocineros con aspiraciones de estrella
RAFAEL GARCÍA SANTOS
Programa mañanero en televisión
la semana pasada. Un cocinero, desconocido a tenor de
su reputación culinaria, seguramente muy popular
entre la audiencia, dicta una clase de cocina fácil
y saludable que bien podríamos calificar de apta
para todos los públicos. Enseña a preparar,
quizás dando ideas de cara a las fiestas navideñas,
ventresca con foie gras salteado. A bote pronto, se
nos ocurre decir que no es la mejor época para
el atún, si bien es justo reconocer que tampoco
falta en el mercado, ya que se encuentran piezas frescas
que sobreviven enjauladas en el Mediterráneo
u otras congeladas.
Por tanto, la receta, mejor o peor, se
puede preparar. Otro mérito: incita al uso del
foie gras fresco, lo que es muy de agradecer. Sin entrar
a valorar el maridaje que supone este «original
mar y montaña», ni a catalogar el exceso
cárnico entiéndase de carnaza
que supone superponer uno y otro ingrediente principal,
lo que no es de recibo fue la manera como el galopín
concluyó el plato: napando el conjunto con una
reducción muy concentrada.
La persona que estaba a nuestro lado
en la barra de un bar viendo el programa exclamó:
«¡Marrano!». No era un insulto, simplemente
quería decir que el oficiante estaba alterando
la inmaculabilidad de ambos protagonistas con un jugo
denso que repercutía sensiblemente en sus cualidades.
Con independencia de que la misma salsa impregnarse
a la ventresca y al foie gras, no es admisible que hoy
en día se fomente el enmarranamiento gastronómico,
que eso supone napar: cubrir, distorsionar, homogeneizar...
Un marujón de los fogones. Visto lo visto, no
es de extrañar que cada día cocine menos
gente.
Si la confusión mental es el pan
llamado a desmigar cada día, la grandilocuencia
el pecado de los gourmets que se dejan seducir por la
mitología. Muchos productores y chefs, sabedores
del snobismo reinante, nos venden ilusión. Se
convierten en los Reyes Magos de la trufa, blanca o
negra, que nos regalaran a precio de oro, en platos,
o en perfumes. Y viene esto a cuento porque es hora
de preguntarse cuántos espaguetis al tartufo,
impregnados de ese aroma, no portan sino una fragancia
sintética que de identifica plenamente con la
real. Vamos, que hay aceites que huelen a tartufo que
no conocen de la trufa blanca.
Olor y aromas
Y
si este es el presente, y más aún el futuro,
asumámoslo con entusiasmo, sabedores de que ya
podemos oler el jamón de cerdo ibérico
de bellota confeccionado por perfumistas. Es la asignatura
pendiente: olfatear todavía no es paladear. Menos
es nada, los grandes aromas mundiales están en
fase de popularización, y están asegurados
en el devenir culinario, aunque tengan el plus que caracteriza
a la perfumería. A veces logran los mismos resultados
que esos cocineros que echan trufa hasta en la sopa;
vendedores de ilusión.
Por menos dinero podemos aromatizar unas
lentejas verdes, sean de Puy o de Berry, con curry o
pimienta negra que importa de la India Francesc Collell
Fine Products (646 984 938), un visionario idealista
que recorre los orígenes más exóticos
para ofrecernos los sabores naturales más excitantes.
Lentejas al dente, como el arroz, y secas, que es otra
manera histórica de comer esta legumbre, como
existe la cultura de la alubias secas en otras latitudes.
Lentejas verdes de Berry o de Puy al
dente y secas, al que al momento de emplatar se espolvorea
con las especias y se deja caer la grasa, con un poco
de magro, de un jamón de verdad. La trufa le
convertiría en plato de nuevo rico y el napado
con una salsa perigurdina en televisivo. Simplemente,
sociología.
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