Bilbao, 26 de agosto de 1983. Los bilbaínos se encontraban
inmersos en la recta final de una Aste Nagusia que ese año
se estaba caracterizando por la persistente lluvia. Pero nadie podía
imaginar que acabaría en catástrofe. Esa tarde-noche,
la tromba de agua que cayó sobre todo el País Vasco
ahogó las fiestas bilbaínas, arrasó 101 municipios
vascos, causó pérdidas por más de 200.000 millones
de las antiguas pesetas y acabó con la vida de más
de 30 personas.
|