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Alonso,
durante la jornada de clasificación para
el Gran Premio de Estados Unidos. / Efe |
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GP DE ESTADOS UNIDOS (19/06/05)
Schumacher gana la
carrera de la vergüenza
Las escuderías que utilizan
neumáticos Michelín decieron abandonar antes
del inicio de la carrera por dudas en su seguridad
AGENCIAS
El alemán Michael Schumacher (Ferrari) ganó
el Gran Premio de Estados Unidos, la novena carrera
del Mundial de Fórmula Uno, en la que todos los
pilotos de los equipos que llevan neumáticos
Michelin decidieron retirarse por motivos de seguridad
tras dar la vuelta de formación.
Schumacher, siete veces campeón del mundo, ganó
por delante de su compañero, el brasileño
Rubens Barrichello, una carrera esperpéntica
en la que sólo rodaron seis coches, los dos de
Ferrari, más los Jordan del portugués
Tiago Monteiro -que aún no da crédito
a su presencia en el podio- y de Narain Karthikeyan
-primer indio que suma puntos en la Fórmula Uno-;
y los Minardi del holandés Christijan Albers
y del austríaco Partick Friesacher, quinto y
sexto, respectivamente.
A esto quedó reducida la parte deportiva del
Gran Premio de Fórmula Uno, si es que así
se puede catalogar lo sucedido en la legendaria pista
de Indianápolis, en la que la mayoría
del público se sintió defraudado ante
el lamentable espectáculo que acabaron presenciando
los que no optaron por marcharse a poco de arrancar
la prueba.
Porque ya desde primeras horas del sábado, el
Gran Premio de Estados Unidos se convirtió en
una auténtica ceremonia de la confusión.
Ese día, a la hora del desayuno, Ralf Schumacher,
que se había accidentado en la segunda sesión
de entrenamientos libres del viernes, después
de un reventón en su neumático trasero
izquierdo, anunció que, siguiendo las recomendaciones
de los médicos, no correría este Gran
Premio, en el que sería sustituido por el brasileño
Ricardo Zonta, habitual probador en Toyota.
Como el de Ralf no había sido un hecho aislado,
sino que Michelin había observado que el problema
se reproducía en otros bólidos y siempre
en el neumático izquierdo trasero, la marca francesa
advirtió a sus socios y a la Federación
Internacional (FIA) del peligro que correrían
si salían a correr con esos compuestos.
Michelin informó a sus socios y solicitó
a la FIA la posibilidad de disputar la clasificatoria
con los neumáticos desplazados a Indianápolis
y la carrera con unos juegos correspondientes a la especificación
que se empleó en el Gran Premio de España,
en Barcelona, el pasado 8 de mayo, para lo cuál
fletó un avión desde Francia en la tarde
del sábado, en la que el italiano Jarno Trulli
(Toyota) logró la tercera 'pole' de su carrera
con el depósito casi vacío.
Reuniones
Junto a él, en la primera fila, se alinearía
el finlandés Kimi Raikkonen (McLaren Mercedes),
segundo en el Mundial, a 22 puntos de Alonso, que marcó
el sexto mejor tiempo, que le acreditaba para arrancar
desde la tercera hilera, al lado de Schumacher. Tras
numerosas reuniones hasta la noche del sábado,
Michelin no consiguió convencer a la FIA de que
permitiese un cambio de neumáticos que no contempla
el reglamento -clasificatoria y carrera se deben disputar
con el mismo juego- y al que se oponían, lógicamente,
los equipos de Bridgestone -Ferrari, Jordan y Minardi-,
que fueron los únicos que disputaron finalmente
la carrera, ya que el resto se retiró tras el
giro de formación.
Las reuniones a varias bandas que tuvieron lugar el
sábado en la Motor Speedway, famosa por albergar
las míticas 500 Millas de Indianápolis,
se repitieron la mañana del domingo, después
de que Michelin cruzase cartas con los responsables
de la FIA.
Las misivas firmadas por Pierre Dupasquier, director
de competición; y Nick Shorrock, director de
actividades de Michelin, en las que reiteraban que después
de exhaustivas investigaciones -en EEUU y en la factoría
francesa de Clermont-Ferrand- no eran capaces de identificar
el problema y que, si no podían usar los neumáticos
de la discordia, pedían la instalación
de una variante que ralentizara la curva 13, la de entrada
en meta; eran respondidas con negativas por parte del
director de carrera, Charlie Whiting.
Los siete equipos Michelin se reunieron y decidieron
presionar a la FIA con la amenaza de no correr, si ésta
no ordenaba la requerida 'chicane', algo que no sucedió,
ya que la Federación no cedió a estos
ruegos, aferrándose al reglamento.
El italiano Flavio Briatore, jefe de la escudería
Renault, la de Alonso, ya se había pronunciado
a favor de no correr el mismo sábado -día
en que McLaren, la de Raikkonen, prefirió no
pronunciarse- reiteró su opinión apenas
hora y media antes de la carrera. Poco después,
tanto Jordan, como Minardi, se unían a la petición
de la 'chicane' y Paul Stoddart, jefe de la última,
confirmó a Efe este extremo, pero, como se vio
posteriormente, a la hora de la carrera cambiaron de
opinión. Por decisión propia o por presiones
externas. En cualquiera de los casos, unos puntitos
nunca vienen mal en casa del pobre.
Pero el espectáculo fue dantesco. El propio Alonso
reconocía a Efe apenas a una hora del horario
previsto para la carrera que no sabía qué
iba a suceder y sólo unos minutos antes de arrancar,
en la parrilla de salida, se supo que los equipos Michelin
darían la vuelta de formación y se retirarían.
En carrera quedaron los Bridgestone y, como era de esperar,
ganaron los Ferrari, reduciéndose la prueba a
la ficticia lucha entre el jefe y su segundo, que a
punto estuvieron de chocar tras un regreso a pista de
Schumacher que provocó el paseo de Barrichello
en la primera curva, cuando se encontraron con el doblado
Friesacher.
"Schumi" sumó de esta forma su primera
victoria del año y amplió a 84 su récord
de triunfos; Barrichello se marchó con las mismas
sensaciones que siempre; y Monteiro no cabía
en su gozo: siempre podrá mostrar orgulloso la
foto en la que se retrató en un podio de F-1.
Los demás también se fueron contentos.
Pocas posibilidades como ésta se les presentarán
de nuevo esta temporada para puntuar.
Alonso salió beneficiado, indirectamente, de
esta situación. El genial piloto asturiano mantiene
los 22 puntos de ventaja sobre Raikkonen (59 frente
a 37) y queda una carrera menos para la conclusión
del Mundial, que cruzará su ecuador dentro de
dos domingos en Magny Cours, donde se disputará
el Gran Premio de Francia. Donde se espera que la Fórmula
Uno vuelva a sus parámetros habituales. Porque
lo sucedido en Estados Unidos ha sido, sencillamente,
lamentable.
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