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Entrevista a Tiago Splitter
Maljkovic-Scariolo,
¿cita para una final?
Sobresaliente contra matrícula
(por Juanma Iturriaga)
Entrevista a Dejan Tomasevic
ala-pívot del Panathinaikos
Trayectorias cruzadas de cuatro grandes técnicos
 

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¿Cita para una final ACB?

«Maljkovic otorga un «25%» de opciones de ganar a cada equipo y Scariolo considera «un premio cada vez más caro» jugar una ‘Final Four’

CARLOS PÉREZ DE ARRILUCEA /VITORIA

Bozidar Maljkovic y Sergio Scariolo. / El Correo
 

 

Son ávidos conversadores y hombres de baloncesto a tiempo completo. Bozidar Maljkovic y Sergio Scariolo encuentran un momento en medio de la intensa actividad de los últimos días para intercambiar sus impresiones sobre lo que les espera al TAU y al Unicaja en Atenas. Todo es cautela ante la perspectiva de medirse a dos colosos como el Panathinaikos y el CSKA, anfitrión y vigente campeón respectivamente. Sin embargo, los dos representantes del baloncesto español en la capital helena no quieren ser meros animadores del torneo. ¿Por qué no citarse para una gran final de equipos de la ACB en el OAKA?

–Ustedes coincidieron en la ‘Final Four’ de Paris’91. Maljkovic con el Barça y Scariolo con el Scavolini. Les ha costado volver a reunirse.

–Sergio Scariolo: Sí y por culpa mía (risas), porque ‘Boza’ ha jugado alguna más.

–Bozidar Maljkovic: Para un entrenador, un jugador, un árbitro o un presidente de un club ambicioso es un orgullo estar en una ‘Final Four’. Tenemos siempre buenos recuerdos, tanto si ganas como si pierdes. Es la fiesta número uno en el baloncesto europeo. Por eso, estar entre los cuatro invitados es mucho.

–Quizás Sergio Scariolo no tenga tan buen recuerdo de aquella cita. ¿Es cierto que recibió algún tomatazo por parte de la afición de Scavolini tras perder en la semifinal?

–S. S.: No, a mí no. Pero a algún jugador mío sí que le alcanzó porque la afición consideró que entonces no había dado la talla. No diré nombres pero sí que a un par de jugadores les cayó algún tomate en la espalda. Eso llama la atención respecto a la forma equivocada, exclusivamente resultadista, con la que la afición de Pesaro vivió aquel momento. Como dice ‘Boza’, la ‘Final Four’ es un premio cada vez más caro. Hay clubes que hacen inversiones tremendas y algunos como Olympiacos, Dinamo, Maccabi o Efes no han llegado. Los jugadores y los entrenadores debemos prepararnos para competir. El resto de la gente lo vive como un acontecimiento especial, que se recuerda durante mucho tiempo. Que las aficiones disfruten con lo que hay; porque, seguramente, vivirán un ambiente como para estar contento.

–¿Es más intenso el trabajo en los días previos a la ‘Final Four’?

–B. M.: Sí. Siempre y cuando una Liga tan dura como la ACB te permite pensar en la ‘Final Four’. Es muy difícil trabajar y todos estamos más nerviosos, sobre todo gente que no tiene este tipo de experiencia.
Dos grandes escuelas

–Vistos los dueños de los banquillos de los cuatro participantes, parece que para ser un técnico de primerísimo nivel hay que ser italiano o balcánico.

–S. S.: Es un dato estadístico. La estadística es la que dice que, si yo me como un pollo y tú ninguno, nos hemos comido uno a medias mientras tú te mueres de hambre. Desde luego, son dos grandes escuelas. No hay ninguna duda y los resultados están ahí. No obstante, creo que ahora mismo hay un cierto bajón de la escuela serbia después de la época de los grandes entrenadores.

–B. M.: Sergio tiene razón. Hay una gran crisis en nuestro país. En los últimos diez años ningún entrenador de nuestro baloncesto ha salido fuera y ha hecho algo importante en Europa. Hay chicos jóvenes en Belgrado que trabajan bien. Está Vujosevic (Partizán) o Vukoicic (Zeleznik), otro joven que trabaja bien y que tiene buenos resultados, y nadie más. Debemos partir de cero. Además, tras la separación de Montenegro tenemos un nuevo estado y vamos a perder muchos jugadores importantes. No tenemos veinte millones de población, sino cinco como máximo. Recientemente, me llamó el nuevo presidente de la federación serbia y hablamos una hora sobre ese tema. En todo caso, éste es un mundo abierto. Nadie pregunta a Gasol o a Calderón de dónde vienen. Muy poca gente sabe que en mi país el primer seleccionador nacional fue francés. Después, aprendimos de búlgaros, de rusos y muchísimo de Italia. Al final, somos una familia abierta y no me da vergüenza si debo llamar a alguien para pedir consejo. España tiene ahora buenos resultados y buenos entrenadores. Estoy cansado de que aquí se hable siempre de cuatro o cinco nombres; de García Reneses, Scariolo, Comas, ‘Pepu’ Hernández o Maljkovic. Necesitamos nuevos.

–¿Hay secretos entre Messina y Scariolo o Maljkovic y Obradovic?

–B. M.: Hay cosas que dependen del entrenador, pero sólo el jugador puede meter canasta y defenderla. Puedes dibujar la mejor jugada del mundo, pero el jugador debe encestar delante de 15.000 personas que están a favor o en tu contra.

–S. S.: Nosotros estamos en una tesitura especial dada la situación de plantilla que tendremos. Desde luego, hemos de mover ficha. No podemos ir a cara descubierta, a luchar bloque contra bloque con el CSKA y a ver quién es el más fuerte. Tendremos que buscar con mucha atención la manera de encontrar algún punto débil…

–B. M.: Que será difícil…

–S. S.: Desde luego, te aseguro que todavía no lo he encontrado (risas). Habrá que buscar también un camino para meter 70 puntos, alguna forma de llegar a esa cuota que nos permitiría poder soñar con la victoria. El CSKA tiene una defensa muy buena en todos los jugadores. Pero bueno,… ahí estaremos. Esperemos que ellos quizás vayan un poco confiados, cosa que tampoco veo muy claro porque es gente buena, sólida y también seria.

–Tampoco es incompatible no meter muchos puntos y ganar una ‘Final Four’. Algo sabe de eso ‘Boza’ Maljkovic.

–B. M.: Lo importante es ganar. El Barcelona perdió en el Carpena contra el Unicaja en cuartos y yo vi un partidazo, aunque no hubiera muchos puntos. No entiendo mucho a éstos que dicen que el baloncesto es una fiesta de canastas y ‘alley hoops’. Me gusta más un partido cerrado a 6o ó 65 puntos que un marcador 125-127 y no ver defensa. De cada diez partidos que veo de NBA me decepcionan ocho. Me pasa lo mismo con el fútbol, aunque, al final, siempre seguimos la NBA y el fútbol.

–Al TAU le toca en suerte el anfitrión y al Unicaja el defensor del título. ¿Podría haber sido peor?

–B. M.: Siempre digo que todos los que estamos allí tenemos un 25 por ciento de opciones. Ni Dios sabe lo que puede pasar en ese día. Hay que ir y jugar. Sólo hay una receta; jugar el baloncesto que practicas cada día. Si se hace una encuesta en Atenas sobre quién es el favorito, seguro que no estamos ni el TAU ni el Unicaja. Pero insisto, un 25 por ciento para cada uno.

La ruleta a un partido

–¿Suscribe el porcentaje Sergio Scariolo?


–S. S.: Ojalá (risas). A un partido casi todo es posible. Como dice ‘Boza’, se trata de prepararse de la mejor forma, que tu equipo dé la mejor cara en ataque y en defensa. Esperemos que alguna de las cosas que el CSKA hace tan bien le salgan peor, ya sea por méritos nuestros o por un mal día de ellos.

–B. M.: Sólo pongo un ejemplo. En 1989 jugamos la ‘Final Four’ con la Jugoplastika en Munich. Llegamos allí Maccabi, Aris, Barcelona y nosotros. Antes de empezar, hubo una reunión de cuatro horas porque los israelitas y los griegos querían jugar con su color amarillo. El problema llegó hasta niveles de primeros ministros porque ninguno quería ceder por una cuestión de orgullo nacional. Todos olvidaron que la Jugoplastika también vestía de amarillo. Nadie nos daba importancia, ni se pensaba que los jóvenes chicos de Split podían llevarse el título. Esta vida sería muy aburrida si ganara siempre el equipo que tiene más dinero o los mejores.

–En los últimos años, anfitriones como el Barça o el Maccabi se han llevado el título en casa. ¿Juega también el factor cancha?

–B. M.: A priori, no debe suponer una ventaja pero de eso no puedes hablar hasta después de jugada la ‘Final Four’.

–Siempre hay excepciones como en la edición de hace dos años en Moscú con el TAU de protagonista.


–S. S.: El factor cancha siempre tiene dos caras. Unas veces un equipo logra un nivel de motivación alto porque sus jugadores maduros saben canalizar la energía positiva que les pueda transmitir su público. Otras, alguno de los jugadores se pasa de revoluciones, se pone demasiado nervioso o vive el partido cien veces antes de jugarlo. Me ha pasado alguna vez en choques importantes en casa; tener que cambiar a un jugador a los dos o tres minutos porque estaba ya en hiperventilación por la ansiedad. Entre Panathinaikos y TAU, creo que en el equipo griego hay algunos jugadores maduros, pero el Baskonia tiene mucha experiencia y muchos de sus componentes sumarán su tercera ‘Final Four’ seguida. En esta semifinal, no veo del todo clara la ventaja del factor cancha aunque seguro que el Panathiniakos prefiere jugar en casa porque cree ser capaz de utilizar positivamente el empuje de su público.

–¿Cree Maljkovic que al Unicaja le podría pasar factura ser debutante en una cita de estas características?

–B. M.: Quizás, pero nunca sabes. Muchas veces, el jugador experto se pone nervioso. Seguro que el CSKA tiene cierta ventaja, pero un partido es un partido.

–¿Se citan en la final?

–S. S.: A ver en cuál (risas). Que no sea en la de tercer y cuarto puesto.

–B. M.: Esa final no hay que jugarla; es la de la decepción.


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