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DÍA 36

Fernando J.Pérez
Enviado especial

La pérdida de 300 metros de cuerda trastoca los planes

Los alpinistas consultan su ordenador portátil. / F. J. PÉREZ

La arista este enseña los dientes Como si nos hubiesen pegado con un palo veinte días seguidos». Así de expresivo se mostraba ayer Alberto Iñurrategi tras una nueva y agotadora jornada preparando la ruta hacia la cumbre del Annapurna. Al final, la pérdida del depósito de material se reveló aún más importante de lo previsto y la falta de los 300 metros de cuerda que en ella había ha acabado por trastocar todos los planes previstos para ayer, que no eran otros que alcanzar por fin el lugar elegido para instalar el campo III bajo el Roc Noir, a 7.200 metros de altitud, en el inicio de la arista este de La Diosa Madre de la Abundancia .

La necesidad de ese material les obligó a dividirse el trabajo en vez de seguir la marcha hacia el C-III. A Alberto y Jon Beloki les tocó, probablemente, la labor más desagradecida: volver hasta el campo II a por más cuerda y subirla hasta el lugar donde instalaron el domingo la tiendas de forma provisional para pasar la noche, un poco por encima de los siete mil metros de latitud.

Mientras tanto, el estadounidense Ed Viesturs y el finlandés Veikka Gustafsson dedicaban la mañana a buscar, infructuosamente, el depósito extraviado con la ansiada cuerda. Por último, Jean Christophe Lafaille era el encargado de continuar para arriba y escrutar las condiciones de la vía a seguir hasta la base del Roc Noir, donde tenían previsto situar el campo III.

Sin embargo, esta opción empieza a no estar tan clara. Las dificultades que están teniendo para alcanzar ese punto han abierto el debate entre los alpinistas, que barajan ahora la posibilidad de dejar definitivamente instalado el C-III en el punto donde ahora se encuentran y iniciar desde ahí el asalto a la arista este del Annapurna.

Mejora el tiempo

Por el momento, ayer volvían a dormir en ese mismo lugar y han pospuesto cualquier decisión a la jornada de hoy, a la espera de que el tiempo se aclare -ayer salió un día bastante revuelto, sin apenas visibilidad mientras que para hoy anuncian cielos totalmente despejados-.
Aunque lógicamente lo mejor sería montar el C-III en el lugar inicialmente previsto, justo en el inicio de la arista, dejarlo donde está ahora tampoco supondría mayores problemas que alargar un poco más de lo previsto la travesía hasta la arista cuando salgan hacia la cumbre.


La arista este enseña los dientes

Jean Christophe Lafaille fue el encargado ayer de intentar ganar todos los metros posibles y escrutar la posible ruta a seguir hasta alcanzar la arista este del Annapurna. Y lo que contó a sus compañeros a su vuelta no hace más que complicar un poco más la marcha hacia la cumbre.

La primera parte de la arista, antes incluso del Roc Noir, ofrece un tramo delicadísimo que, según el francés, precisaría la instalación de cerca de 500 metros de cuerda para evitar peligros innecesarios. «En esa parte la arista es muy afilada y empinada y aunque durante la ascensión no ofrece demasiados problemas, para el descenso, bajando cansados o con mal tiempo, si no está equipada puede ser muy peligrosa», explicaba ayer Alberto Iñurrategi.

Este nuevo contratiempo no hace sino retrasar el ataque a cumbre, ya que los alpinistas deberán realizar otro viaje hasta el campo III para instalar esas cuerdas, que además deberán subir desde los campos inferiores. Para no perder tiempo, hoy mismo descenderán desde los 7.000 metros hasta el campamento base para descansar dos o tres días y volver a la montaña.