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Fernando J.Pérez
Enviado especial |
La pérdida de 300 metros de cuerda
trastoca los planes
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Los alpinistas consultan
su ordenador portátil. / F. J. PÉREZ |
La arista este enseña los dientes Como si nos hubiesen
pegado con un palo veinte días seguidos». Así
de expresivo se mostraba ayer Alberto Iñurrategi tras una
nueva y agotadora jornada preparando la ruta hacia la cumbre del
Annapurna. Al final, la pérdida del depósito de
material se reveló aún más importante de
lo previsto y la falta de los 300 metros de cuerda que en ella
había ha acabado por trastocar todos los planes previstos
para ayer, que no eran otros que alcanzar por fin el lugar elegido
para instalar el campo III bajo el Roc Noir, a 7.200 metros de
altitud, en el inicio de la arista este de La Diosa Madre de la
Abundancia .
La necesidad de ese material les obligó a dividirse el
trabajo en vez de seguir la marcha hacia el C-III. A Alberto y
Jon Beloki les tocó, probablemente, la labor más
desagradecida: volver hasta el campo II a por más cuerda
y subirla hasta el lugar donde instalaron el domingo la tiendas
de forma provisional para pasar la noche, un poco por encima de
los siete mil metros de latitud.
Mientras tanto, el estadounidense Ed Viesturs y el finlandés
Veikka Gustafsson dedicaban la mañana a buscar, infructuosamente,
el depósito extraviado con la ansiada cuerda. Por último,
Jean Christophe Lafaille era el encargado de continuar para arriba
y escrutar las condiciones de la vía a seguir hasta la
base del Roc Noir, donde tenían previsto situar el campo
III.
Sin embargo, esta opción empieza a no estar tan clara.
Las dificultades que están teniendo para alcanzar ese punto
han abierto el debate entre los alpinistas, que barajan ahora
la posibilidad de dejar definitivamente instalado el C-III en
el punto donde ahora se encuentran y iniciar desde ahí
el asalto a la arista este del Annapurna.
Mejora el tiempo
Por el momento, ayer volvían a dormir en ese mismo lugar
y han pospuesto cualquier decisión a la jornada de hoy,
a la espera de que el tiempo se aclare -ayer salió un día
bastante revuelto, sin apenas visibilidad mientras que para hoy
anuncian cielos totalmente despejados-.
Aunque lógicamente lo mejor sería montar el C-III
en el lugar inicialmente previsto, justo en el inicio de la arista,
dejarlo donde está ahora tampoco supondría mayores
problemas que alargar un poco más de lo previsto la travesía
hasta la arista cuando salgan hacia la cumbre.
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La arista este enseña los dientes |
Jean Christophe Lafaille fue el encargado ayer de intentar ganar
todos los metros posibles y escrutar la posible ruta a seguir hasta
alcanzar la arista este del Annapurna. Y lo que contó a sus
compañeros a su vuelta no hace más que complicar un
poco más la marcha hacia la cumbre.
La primera parte de la arista, antes incluso del Roc Noir, ofrece
un tramo delicadísimo que, según el francés,
precisaría la instalación de cerca de 500 metros de
cuerda para evitar peligros innecesarios. «En esa parte la
arista es muy afilada y empinada y aunque durante la ascensión
no ofrece demasiados problemas, para el descenso, bajando cansados
o con mal tiempo, si no está equipada puede ser muy peligrosa»,
explicaba ayer Alberto Iñurrategi.
Este nuevo contratiempo no hace sino retrasar el ataque a cumbre,
ya que los alpinistas deberán realizar otro viaje hasta el
campo III para instalar esas cuerdas, que además deberán
subir desde los campos inferiores. Para no perder tiempo, hoy mismo
descenderán desde los 7.000 metros hasta el campamento base
para descansar dos o tres días y volver a la montaña.
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