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DÍA 34

Fernando J.Pérez
Enviado especial

Iñurrategi y Beloki llegan al C-II tras abrir huella desde el campo anterior

Un manto de nieve cubre por completo el campamento II. / F. J. PÉREZ

La nieve caída estos últimos días les tenía reservada una desagradable sorpresa a los alpinistas de la expedición 'Oinak Izarretan'. Alberto Iñurrategi y Jon Beloki tuvieron que abrir huella ayer desde el campo I (5.400 m.) hasta el II (6.400). Así, lo que iba a ser una jornada de trámite en el camino hacia la instalación del tercer y último campo de altura se convirtió en una agotadora travesía que les llevó casi seis horas de ardua ascensión. Al menos, tuvieron el consuelo de disfrutar de un excelente día, que esperan sea la confirmación de que el buen tiempo, por fin, se ha asentado en la región de los Annapurnas.

Sin embargo, nada más llegar a las tiendas, los alpinistas sufrieron otro contratiempo. Fruto del cansancio o en un descuido, se les cayo el cazo donde preparan la comida con los cubiertos dentro, que inmediatamente se deslizó pendiente abajo hasta perderse en el abismo. Y como las desgracias nunca vienen solas, al poco rato, en otro descuido, Jon Beloki agujereó el otro cazo que tenían de repuesto. Estaban retirando la nieve de alrededor de la tienda cuando «no he visto el cazo y le he pegado un golpe con el piolet. Después de todo esto os podréis imaginar como esta el jefe (por Alberto)» comentaba Jon a través de la radio sin perder el buen humor.

El problema no es menor. No tanto por los cubiertos como por la cazuela. Es imprescindible para hervir el agua y en ella se preparan toda la comida caliente que toman el altitud. Por suerte no están solos allí arriba y rápidamente se arreglaron con Lafaille Viesturs y Veikka para compartir los utensilios de cocina. De esta forma quedaba disipada la opción de tener que descender al campo I a por el cazo que allí les queda, una posibilidad nada agradable a la vista de la paliza que se dieron para salvar los mil metros de desnivel entre ambos campamentos.

A por el campo III

Y si la de ayer fue una jornada dura, la de hoy no va a ser menos. El objetivo no es otro que alcanzar el punto elegido para el campo III, a 7.200 metros bajo el Roc Noir, justo al principio de la arista este del Annapurna, e instalarlo. Si ya ayer tuvieron una nieve profunda entre los campamentos I y II, lo de hoy puede ser una nueva prueba de fuego para su fortaleza física en un tramo de la vía donde hace una semana, sin las nevadas de los últimos días, ya tuvieron que abrir huella con nieve hasta casi las rodillas.

Además, de acuerdo con Lafaille, Viesturs y Veikka, han decidido una pequeña modificación en el plan previsto a fin de acelerar la aclimatación y ganar tiempo. Si hoy no consiguen alcanzar el lugar elegido bajo el Roc Noir, debido al exceso de nieve o a la longitud de la ruta, vivaquearán con la tienda en el punto en el que se queden, en vez de retornar al C-II. De esta forma, ese tramo ya lo tendrían ganado para mañana, día en el que, si el tiempo sigue acompañando, podrían instalar el C-III sin mayores contratiempos.


Primera baja en la expedición

La expedición 'Oinak Izarretan' ha sufrido su primera baja. El cámara encargado de grabar las imágenes de la aproximación y del campo base para la serie documental de la ETB 'Oinak Izarretan', no ha logrado aclimatarse a los 4.200 metros de altitud del campamento base y ha tenido que descender a un 'lodge' por debajo de los 2.000 metros de altura.

De nada le han servido su excelente forma física y su amplia experiencia en Pirineos, Alpes y Atlas (Marruecos). Iñaki Edroso llevaba varios días con los típicos síntomas del mal de altura -palpitaciones, sensación de ahogo, hormigeos en las extremidades y dolores de cabeza- pese a haber seguido las normas para lograr la aclimatación, como la ascensión progresiva hasta el CB, la ración diaria de aspirinas o beber mucha agua. Como los síntomas no remítían, Iñurrategi se puso en contacto con Ramón Garate, el médico que desde Euskadi cuida de la salud de la expedición.

En cuanto le explicaron los síntomas el diagnóstico fue claro: mal de altura. Y al comunicarle que estos nos remitían fue tajante en el tratamiento: perder altitud lo antes posible. El viernes, Iñaki partió hacia el 'lodge' de Ghandrug (1.950 m.) en compañía de Jon Lazkano, donde deberá permanecer entre cinco y siete días. Si los síntomas remiten podrá volver al campamente base. En caso contrario, la expedición habrá terminado para él.