La Justicia se niega
a ordenar al condado de Miami Dade que recuente los votos
Los tres miembros
de su junta electoral, simpatizantes demócratas, han sucumbido
a la presión del exilio anticastrista y han dado por buenos
los resultados
MERCEDES GALLEGO. ENVIADA
ESPECIAL MIAMI
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Un miembro de la comisión electoral del
condado de Broward durante el recuento manual. / AP |
«Si Miami Dade no recuenta los
votos, será un duro revés para Gore», admitió
el demócrata Bob Graham, fiscal general de Florida, ante
lo que se perfila como la verdadera debacle del delfín
de Bill Clinton. Sus peores temores se materializaban ayer en
la última decisión judicial que se adoptó
en Florida antes del parón del Día de Acción
de Gracias, una fiesta aún más familiar que la
Nochebuena para los americanos. Un tribunal local de apelaciones
rechazó la petición de la campaña demócrata
de ordenar al condado de Miami Dade que proceda con el recuento
a mano, cuya decisión fue respaldada ayer por el Tribunal
de Florida. La Justicia, última instancia de todos los
desacuerdos, ha decidido por esta vez no intervenir en la decisión
adoptada unánimemente por los tres miembros de la Junta
Electoral del condado con más densidad de población
de toda Florida, cuna del exilio anticastrista.
En las dos semanas que han proseguido a
las elecciones más insólitas de la historia, la
campaña demócrata se ha apuntado una tras otra
la mayor parte de las victorias legales que han escupido los
tribunales, incluyendo la del máximo órgano de
justicia estatal y la de la corte de Apelaciones Federal de Atlanta.
Pero es una ficha menor y teóricamente
alineada la que ha truncado las esperanzas. Los tres miembros
de la junta están registrados en el censo como demócratas,
lo que no significa que estén afiliados al partido ni
sometidos a su disciplina, como demuestra su retirada. Por contra,
la junta ha resultado más susceptible a las presiones
de sus vecinos, la mayoría cubanoamericanos, que el martes
se amotinaron en las oficinas donde se custodian los votos al
grito de «Fin al recuento, Bush ganó tres veces».
Más votos perdidos
De los tres condados en liza, West
Palm Beach, Broward y Miami Dade, éste era el que
estaba arrojando más votos perdidos a la cuenta de Gore.
En sólo 135 de los 614 colegios a recontar, el vicepresidente
había ganado una ventaja neta de 157 votos. Por contra,
West Palm Beach, con todo el recuento finalizado y a falta de
los 8.000 sufragios dudosos, sólo había logrado
reducir la diferencia a cuatro. Broward, en una situación
semejante, acumulaba 137. Todo ello, notablemente insuficiente
para anular la ventaja de 930 votos con la que Bush despunta
en el recuento oficial.
La junta de Miami había calculado
que poniendo a más de un centenar de voluntarios manos
a la obra se tardarían al menos diez días en completar
la labor artesanal, lo que retrasaría la entrega de resultados
hasta primeros de diciembre. El Supremo de Florida respaldó
la petición que los tres estados habían hecho a
la Secretaria de Estado, Katherine Harris, para que el resultado
de ese cómputo se incluyese en los datos finales del estado,
pero fijó el plazo límite para entregarlos a las
17.00 del domingo, once de la noche en España. «Sería
un milagro que lo lográramos», suspiró Lawrence
King, presidente de la junta. Convencidos de que más que
una contrarreloj sería una misión imposible, la
junta decidió tirar la toalla y abandonar el recuento.
El condado tiene 10.750 votos dudosos que
sólo podrían ser decididos por los miembros de
la junta. «Ni aunque estuviéramos mirando votos
de día y de noche podríamos lograrlo», explicó
King. Observadores y abogados de ambos partidos se han encargado
de impugnar todos los sufragios posibles, lo que ha convertido
esta labor de chinos en una labor titánica.
Elecciones resueltas
Mucho antes de que el Tribunal Supremo
de Washington decida si quiere o no escuchar el caso que le ha
planteado la campaña de Bush en contra del Supremo de
Florida, las elecciones pueden estar resueltas. Sin Miami Dade,
la única oportunidad del demócrata radica en las
llamadas 'papeletas preñadas' de West Palm Beach y Broward,
aquella redondeadas por la presión ejercida con el punzón
en las que el papel no ha llegado a perforarse. Un juez decidió
el martes que deben ser contadas cuando la intención del
votante se manifieste con claridad.
La sentencia, ambigua y poco resolutiva,
ha permitido a ambas partes clamar victoria y, en realidad, deja
la última decisión en manos de los tres miembros
de la junta electoral de ese condado. Las 1.200 papeletas preñadas
se unen a otras 7.000 cuestionables que están siendo analizadas
en estos días, tras el fin del recuento. Los de Broward,
más avanzados, comenzaron ayer mismo con el análisis
de los 2.000 sufragios dudosos y los primeros datos no pudieron
ser mejores para los demócratas. de las 100 primeras papeleteas
comprobadas, 43 pasaron a la cuenta de Gore.
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