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El Supremo de Florida impide que hoy se den a conocer los resultados definitivos

Los demócratas apelaron de urgencia al máximo órgano de justicia después de que el juez Lewis facultara a la secretaria de Estado para pasar por alto el recuento manual de votos

MERCEDES GALLEGO. ENVIADA ESPECIAL. PALM BEACH

El candidato republicano George W. Bush ve complicarse su futuro tras la decisión del Tribunal Supremo de Florida. / AP
Agotadas las instancias locales, el Partido Demócrata logró ayer que el Tribunal Supremo de Florida prohibiese a Katherine Harris cerrar hoy el cómputo de Florida y coronar a George Bush presidente, como pretendía la secretaria de Estado.

El día había empezado mal para Al Gore. El juez local Terry Lewis había emitido una devastadora sentencia en la que admitía que Harris tiene potestad para rechazar el cómputo manual en el que trabajan tres condados.

«No estamos de acuerdo con esa sentencia y la recurriremos», anunció contrariado el abogado de la campaña de Gore, David Boies. Los demócratas habían pedido al magistrado que declarase arbitraria la decisión de Harris y la obligase a postergar el momento de la certificación para dar cabida al cómputo manual que sin duda añadirá votos a la cuenta de Gore.

Su última bala, la del Tribunal Supremo, se abría paso en los juzgados contra el reloj. «Recuerden que es fin de semana», advirtió el portavoz demócrata en el contencioso, Warren Christopher.

Con esa lacónica observación, que hacía esperar la autocoronación de Bush para hoy mismo, a Christopher sólo le quedaba suplicar clemencia al enemigo para que prevalezca la prudencia y aguante la euforia unos días más. «No se declara victoria a mitad de un partido, sino que se espera a que acabe el juego», le apoyó David Boies.

Máxima celeridad

Sin embargo, los siete miembros del Supremo actuaron con máxima celeridad emitiendo la orden en la que dejan en suspenso los resultados totales de Florida hasta que resuelvan el caso el lunes. Había otras opciones para alimentar la aspiraciones de Gore de ser presidente.

La posibilidad, por ejemplo, de que los militares, grueso de los votos por correo, hayan decidido este año optar por el partido demócrata. Semejante inclinación ideológica en las filas castrenses destacadas en el extranjero no ha ocurrido nunca, y parece aún más remota en una campaña en la que el republicano ha puesto el acento en conferir más fondos y más peso al Ejército.

La otra ilusa posibilidad se remontaba a la almohada de Harris, ëcopresidenteí de la campaña de Bush, que había prometido con énfasis cerrar a primera hora de hoy (tarde en España) los resultados de Florida.

Las encuestas indican que el americano, como el resto del resto mundo, se está cansando del recuento interminable y comienza a impacientarse. En la urgencia, y pese a que cada repaso añade votos a la cuenta de Gore, la mayoría ve ya a Bush como el ganador de Florida y, por tanto, del país. Sólo el 22% aceptaría que el proceso se demore tanto como sea necesario para asegurarse un resultado justo y fiable. La paciencia, según lo sondeos, se acabará la semana entrante.

Ése es el plazo que se fijan también los asesores de Gore y que, aparentemente, coincide con la Justicia. El juez cubanoamericano Jorge Labarga, que estudia la petición de repetir la votación en el condado de West Palm Beach, ha prometido tomar una decisión la semana que viene.

Otro juez local que atendía la petición del condado de Volusia para obtener una extensión del plazo en el que debía entregar resultados también decidió ayer que la causa es suficientemente importante para el público como para que se haga cargo de ella el Tribunal Supremo, con objeto de agilizar el proceso.

El condado de Broward obtenía el respaldo de un juez local para proseguir con el recuento que lleva a cabo, al igual que West Palm Beach. Por último, el de Miami Dade negociaba con el Partido Demócrata para recontar a mano sólo los 10.700 votos que están en duda, en lugar de los más de 600.000 de todo el condado, explicó el abogado Kendall Coffey. Originalmente, y en base a la muestra del 1%, el consejo decidió que la diferencia con el cómputo automático era mínima y no justificaba la labor. Los demócratas han interpuesto un recurso legal para forzarles a hacerlo, mientras el caso camina hacia el Tribunal.

Táctica sutil

Con todas las causas convergiendo en este órgano, los responsables de campaña de George W. Bush eligieron una sutil táctica de imagen pública. Su portavoz, Karen Hughes, dibujó la postal familiar del gobernador y se encargó de mencionar que ayer llegarían a Austin sus dos hijas con motivo de las vacaciones del Día de Acción de Gracias, fecha que los estadounidenses asocian al cierre de un ciclo. «¡Parece mentira que ya tengamos encima el Día de Acción de Gracias, ¿verdad?», preguntó a los periodistas.

La noticia de que el tribunal supremo frustraba sus expectativas de ser nombrado hoy presidente le cogió en la carretera de camino entre su rancho de Waco y Austin.

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