La bodega elabora vino tinto bajo un nombre que debe poner los pelos de punta a las señoras más estiradas, tan afectadas cuando encuentran carrerones en sus piernas. Ha sido elaborado con esmero utilizando para ello las más modernas técnicas de elaboración, respetando al máximo la materia prima, uva tinta seleccionada en racimos prietos de viejas cepas. Han intentado que todas las instalaciones, maquinaria, depósitos de fermentación y barricas estén dimensionadas para mantener y respetar las características de la fruta, favoreciendo su máximo esplendor en el cristal. Con 18 meses en barrica nueva de roble francés y con guarda en botella de unos doce meses, aparece en nuestra copa pegando fuerte con un latigazo de frutas tropicales en nariz; es redondo y dulzón, con poca acidez, demostrando que las cosas han cambiado en Toro, donde antes se estilaban vinos más pesados, y la tendencia, hoy, es hacer vinos más amables, que miran de reojo a la Ribera del Duero.