Aromas pronunciados y persistentes, sobresaliendo los de frutas rojas, arándanos, que se ven completados con otros propios de la estancia en madera como son suaves tostados y notas de especias. En boca se manifiesta sabroso, elegante y armónico. Aparecen muy bien integradas la fruta y las aportaciones de la crianza. Un vino que sobresale por su amargor, que le confiere carácter, también por una tenue tanicidad y por una mínima acidez, sabores que aparecen muy compensados. Sin mayores complicaciones, muy efectivo. Participa únicamente la tinta del país. Su estancia en barricas de robles francés y americano fue de 14 meses. Pasó a cristal en junio de 2006.