Vinazo en toda la extensión de la palabra, capricho otoñal para el que se pueda dar el gusto. Viñedos de unos 50 tacos con una producción menor, a kilo por cepa, de una selección de viñedo de garnacha vendimiado a mano, una variedad muy floral y delicada, casi femenina, que en su versión más noble produce brebajes atómicos como este. En nariz, cosas que nos ponen cantidubi: clavo, pimienta negra, chocolate, café, ahumados y notas de escabeche. Muy complejo e intenso, pero a la vez con un punto fresco y mentolado. La entrada es golosa a más no poder, todo un torrente de fruta roja madura, con acidez, mineralidad y un final de esos eternos como los mejores títulos clásicos del cine en blanco y negro.

  Guía de vinos: Rioja, Rioja Alavesa, Ribera de Duero ...