Dice María Marsans, la dueña de la bodega, que este vinaco es el personal homenaje que han hecho a su marido, José María Entrecanales, el creador de Arrayán. Por eso, Estela es «el rastro, la huella, el recuerdo». Pero lo saquemos a la palestra porque les ha salido un caldo de nota: sabia mezcla de variedades como el Syrah, Cabernet Sauvignon, Merlot y Petit Verdot, que ha descansado como un pachá 17 meses en barricas de roble francés para ofrecernos aromas a tomillo, lavanda, golosas guindas en aguardiente y notas de fruta madura que apetece. Si le pegan un sorbo, se les hará la boca agua, tiene volumen, paso sedoso, es elegante como el guante de la Hayworth, y despliega un final de campeonato. ¡Todo un señor tributo este Estela!

  Guía de vinos: Rioja, Rioja Alavesa, Ribera de Duero ...