Hay bodegas que son una referencia en sí mismas, llueva, nieve, luzca el sol o granice. Siempre se lo montan bien hasta sacar unos vinazos de exposición universal. Es el caso de Luis Cañas, uno de los grandes nombres de Rioja Alavesa, una casa que forjó su fama con caldos jóvenes de maceración carbónica, hasta amoldarse a los nuevos tiempos con una sabiduría ejemplar. El nuevo Amaren está de pelotas: una moto para pasear. Es contundente, casi ruge, carnoso y con volumen. Entra con garra en las curvas, tiene la frescura necesaria y una acidez que nos chifla, el palmito de los grandes. En nariz, sus aromas son complejos: frutos negros maduros, especias, minerales, lácteos y un toque de vainilla… Casi todo y bueno.