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PRODUCTOS DE TEMPORADA

Higos, dulces y maduros


Las primeras brevas llegaron a nuestros mercados el pasado junio, donde permanecieron muy poco tiempo, ya que, como indica el dicho, «la breva es breve». Para sustituirla, llegan ahora los primeros higos de la temporada, madurados al sol y con un aroma inconfundible. Constituyen uno de los sabores más representativos de las semanas finales del verano.

La higuera es un árbol conocido desde fechas muy antiguas. Algunos autores afirman que procede del Asia occidental. Otros sitúan sus orígenes en Arabia. Platón recomienda sus frutos, hasta darles el calificativo de «alimento de los filósofos», y en la Odisea de Homero se elogian sus valores nutritivos. Elogios que también aparecen en las Sagradas Escrituras, aludiendo a ellos con el apelativo de «dulcísimos higos». Los griegos daban tanta importancia a este fruto, que tenían unos sacerdotes especiales (los sicofantes) que se encargaban de anunciar su maduración para ser recogidos y consumidos.

Su piel puede ser verde, blanca o morada. Bocado de una dulzura excepcional, tiene una cantidad de azúcar superior al resto de las frutas, de ahí que su valor calórico sea muy parecido al del plátano o la uva. Es pobre en grasas y en proteínas, pero rico en agua, minerales y fibra.
Del higo se conocen más de setecientas variedades, lo que revela la amplitud de su cultivo y consumo. Popularmente se dice que, para ser bueno, debe tener el cuello del ahorcado (seco el rabillo que lo sostiene), ropa de pobre (arrugado) y ojo de viuda (como rezumando en una lágrima de almíbar).

Dulces y jugosos, son un fruto claramente estacional debido a la naturaleza silvestre de la higuera. Los mejores son los septembrinos. Siempre se ha dicho que «dan mucho juego en la cocina» y pueden utilizarse como un ingrediente exótico en salsas. Resulta un excelente acompañamiento para cualquier tipo de carne asada o de caza. Su combinación con el jamón de cerdo, o aún mejor, de pato, es una exquisitez. Y como postre, se suelen tomar solos o en preparaciones más sotisficadas, pero sencillas, como esta receta de higos con almibar con brandy.

Se prepara un almibar con 1/4 litro de agua, cien gramos de azúcar y la corteza de un limón. Se deja enfriar. Lavados los higos con agua fría y secados con papel de cocina, se agrega al almibar una copita de brandy. Se pone sobre el quemador y se deja cocer a fuego lento durante unos veinte minutos. Pueden servirse templados o fríos, acompañados de una cucharada de nata en cada plato. Merece la pena probarlo.

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