Semana del 29 de septiembre al 5 de octubre
de 2007

Saludables cacahuetes
JESÚS LLONA LARRAURI
De
origen mejicano o brasileño y muy gustosos como
aperitivo, los cacahuetes son sanísimos y súperantioxidantes
a la altura de las fresas y las moras y sólo
por detrás de los arándanos. Los antioxidantes
de las frutas y verduras ayudan a neutralizar los radicales
libres responsables del envejecimiento, el organismo
produce continuamente oxidantes al utilizar el oxigeno
necesario para la respiración, pero si su producción
no es controlada, produce daño. Es lo que se
llama estrés oxidativo y con la edad, es mayor
el desequilibrio y por eso se envejece, con problemas
de salud: infartos, placas de ateroma, alzheimer, cataratas,
diabetes, parkinson, etc.
Por eso los antioxidantes ayudan a equilibrar la balanza
a través de la dieta. Ricos en grasas monoinsaturadas
como el aceite de oliva y buenas poliinsaturadas que
ayudan al corazón, las arterias y la diabetes,
bajan el colesterol y la tensión arterial, contienen
polifenoles en cantidad y, sobre todo, ácido
p-cumarico, que aumenta mucho después de tostarlos.
También contienen un fitoquímico llamado
resveratrol, como las uvas negras, situado en la cutícula,
que los investigadores sitúan en la lucha contra
el cáncer, y vitamina E, grupo B con ácido
fólico todos buenos antioxidantes.
Los fitoesteroles del cacahuete compiten
con el colesterol e impiden que se absorba menos de
este en el intestino, niacina. Dispone además
de vitamina B3, buena en la lucha contra la diabetes,
y potasio, hierro, magnesio, fósforo, zinc, y
mucha fibra para ayudar a mover el intestino. Son una
maravilla bastante desconocida aunque presentan dos
serios inconvenientes: aportan 600 calorías por
cada 100 gramos así que hay que tomarlos
con moderación y sobra la sal que les acompaña
casi siempre. Este aditivo puede resultar perjudicial
para muchas personas, así que es mejor consumirlos
ligeramente tostados y añadidos a frutas o ensaladas.
La producción anual de cacahuete ronda los 35
millones de toneladas, de las que más de la mitad
se cultivan en China. Su consumo crece a pesar de que
otras plantas oleaginosas soja y colza han
reducido su papel como semilla productora de aceite,
debido a su aprovechamiento como aperitivo.
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