Semana del 19 al 25 de mayo de 2007
Alcachofas de Tudela
JESÚS LLONA LARRAURI
Es una de las verduras más apreciadas
por la cocina y la gastronomía por su forma y
sabor peculiar, que la distingue de las procedentes
de otras zonas geográficas. Tiene forma redondeada
y apretada, y su sabor, crujiente y ligeramente amargo,
deja sensación de placer y frescor en la boca.
Su presencia en tierras de la Ribera del Ebro se remonta
a la Edad Media, y aunque la cultivaban los romanos,
es originaria del norte de África. Fueron los
árabes los que dieron impulso definitivo a su
cultivo. La IGP (Indicación Geográfica
Protegida) ampara la producción de 33 localidades
cuyo el centro es Tudela.
España
es el segundo productor mundial de alcachofas, detrás
de Italia, y de las casi 300.000 toneladas que se producen,
un tercio corresponde a Murcia, otro a Valencia y el
resto se reparte en las tierras que riega el Ebro. Contiene
muy pocas calorías y carbohidratos, algo más
de proteínas, mucha fibra soluble e insoluble
de celulosa y lignina, apenas grasa, y una serie de
elementos saludables como la cinarina, que le da sabor
ligeramente amargo.
Su consumo aporta fitoesteroles y fibras
que evitan la síntesis endógena del colesterol
y los triglicéridos, al tiempo que aumentan la
excreción biliar de estos transformándolos
en sales biliares. Los flavonoides son antiinflamatorios,
la silimarina protege las células hepáticas
y la inulina actúa promoviendo las bacterias
benéficas en el colon. Es diurética, ayuda
a disminuir la tensión arterial y muy rica en
minerales. Contiene vitaminas del grupo B, sobre todo
ácido fólico, vitaminas C y E, un poco
de betacaroteno antioxidante y una serie destacada de
protectores hepáticos que le hacen figurar entre
las hortalizas-salud.
Cocidas como verduras, crudas en ensalada,
escaldadas y rebozadas, asadas, guisadas, estofadas
con almejas o como complemento de arroces y carnes son
una maravilla. Sobre todo en menestra, el mejor exponente
de la gastronomía de la Ribera de Navarra.
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