Semana del 6 al 12 de noviembre de 2004
Pimientos, una gran familia
en el mercado
EL CORREO
Son el color, el calor y el sabor de
América. Llegaron a Europa procedentes de los
países del centro y sudamericanos, sobre todo
de las islas del Caribe y México. Se sabe que
los consumían los indios hace 10.000 años,
que empezaron a cultivarse entre 3.000 y 4.000 años
antes de Cristo, a Europa los trajo Colón a la
vuelta de uno de sus viajes al Nuevo Mundo, y de aquí
pasaron al resto del viejo continente, mientras los
portugueses los llevaron a sus colonias. Son los pimientos
y el mercado ofrece numerosas variedades: los verdes
pequeños de Padrón y los de Gernika, más
largos y dulces, de freír y muy sabrosos; los
del piquillo, rojos o verdes, famosos en el mundo de
la gastronomía; o el rojo morrón, conocido
como hocico de buey, que es suave y dulce
y se presenta asado y pelado.
Pero aún hay más: el amarillo,
una variante del anterior, más dulce y afrutado;
las ñoras, pimientos secos que hay que remojar
para sacarles la pulpa, típicos de la cocina
mediterránea; el cuerno de cabra o tres caras,
utilizado en pimentones; el mini-morrón, igual
que los otros de la misma familia, pero más pequeño
para rellenar; el choricero, seco que se utiliza en
la preparación de embutidos una vez remojado
para sacarle la pulpa; y el jalapeño o guindilla,
verde o maduro, uno de los más populares en México
y entre nosotros, del que se obtiene la pimienta de
cayena o la salsa tabasco. También se toman enteros
y en vinagre.
El
pimentón se obtiene desecando una de sus variedades
y sometiéndolo a molienda, y se utiliza en salsas,
guisados y sobre todo en la elaboración del chorizo.
La páprika es otra variedad de color ocre que
se emplea en salsas y, sobre todo, en el goulash, plato
muy típico de Hungría, Austria y países
próximos. La salsa tabasco se prepara con pimientos
picantes o chiles, sal y vinagre en barriles donde fermenta
la mezcla durante dos o tres años, se embotella
y envía al mercado.
El pimiento es un estimulante gástrico,
tónico digestivo, desinfectante intestinal y
diurético, activo en casos de reumatismos y gota.
Hay que destacar su aporte en vitamina C más
que el doble que la naranja, betacarotenos, vitaminas
del grupo B, y mucho ácido fólico, buenos
para luchar contra los radicales libres y el cáncer.
El sabor picante se debe a una sustancia llamada capsaicina
que se encuentra en el interior carnoso y en las semillas.
También aporta un poco de fibra,
apenas grasa y proteínas y 20 mínimas
calorías por cada 100 gramos. Estudios recientes
indican que la capsaicina libera endorfinas, una especie
de analgésico natural del organismo, que producen
una sensación de bienestar que de alguna forma
reflejan muchas personas aficionadas a comer chiles,
chipotles y habaneros, los más picantes de todos.
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