Semana del 18 al 24 de marzo

La amenaza de la marea roja

JESÚS LLONA LARRAURI

Durante las navidades, Galicia se enfrentó a la peor marea roja desde 1993 y, dependiendo de las zonas, almejas, berberechos, mejillones, navajas, coquinas y percebes se han visto afectados. Da idea de la situación el hecho de que ocho de cada diez mejilloneras estuvieron cerradas. Los expertos indican que este fenómeno fue posible debido a la elevada temperatura del agua para la época del año, con 14-15 grados en la capa superficial, cuando la habitual es de unos 12 grados. La causa de esta enfermedad son las toxinas de las microalgas 'Dinophysis' y la paralizante 'Gymnodinium'.

Estos dinoflagelados están siempre presentes en el mar, pero en concentraciones tan bajas que no causan problemas. Sin embargo, cuando se dan las condiciones (temperatura, luz, nutrientes, estabilidad del agua), las poblaciones aumentan de forma desproporcionada y los moluscos filtradores acumulan toxinas, hasta convertirse ellos mismos en venenosos. Con la denominación de 'mitilismo' se conoce una particular forma morbosa tóxica que se manifiesta en el hombre tras la ingestión de mejillones, almejas, ostras y otros moluscos.

La toxina responsable de este síndrome es la mitilotoxina, que encuentra su punto de ataque al organismo humano a nivel de conexiones neuromusculares. Se le conoce también P.S.P. (paralitic sellfish poison) o 'veneno paralizante de los músculos'. La alta toxicidad de la PSP no desaparece con la cocción y tratamiento por calor de los mejillones o almejas.

Se sabe que la sustancia tóxica o veneno no es un producto metabólico del mejillón, sino una sustancia extraña ingerida con ciertos tipos particulares de plancton que resultan nocivos para los mismos moluscos, dadas las alteraciones que producen en estos seres. Cuando los moluscos ingieren el plancton, penetran en su organismo ciertos dinoflagelados que dejan el veneno primero en el hígado y luego en todas las partes de la carne.

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Los mejillones que contienen este veneno no presentan signos externos reveladores, por lo que no se distinguen de los sanos, aunque el hígado aparece de mayor volumen, de coloración verdosa y endurecido. Algunas veces, estas diminutas algas marinas se multiplican a gran velocidad originando enormes concentraciones, que resultan especialmente amenazadoras. Adquiere el agua entonces una tonalidad rojiza conocida como 'marea roja'. Es necesario alrededor de un millón de células para colorear un litro de agua marina. Los que consumen estos bivalvos pueden tener problemas graves, sin descartarse la muerte. Lógicamente, las autoridades sanitarias prohíben la salida de estos moluscos al mercado.


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