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Este bocado se come con cuchillo y tenedor y debe consumirse caliente, que es como mejor sabe.
El rabo de buey se cuece al modo tradicional, con verduras, entre las que se encuentran el puerro, zanahoria, cebolla, y con mucha paciencia.
La carne, una vez hecha, se desprende fácilmente del hueso y queda gelatinosa. Se moldea, se corta y se reboza con harina y huevo. Para presentarlo, en el fondo de un plato se pone la carne y por encima se napa con una salsa de hongos que está para chuparse los dedos.
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