Sobre una rebanada de pan se pone una rodaja de calabacín albardado, aunque en ocasiones se sustituye el calabacín por una rodaja de tomate. Encima va una pechuga de pollo pasada por harina y huevo y rellena de jamón ibérico y un queso suave, tipo Philadelphia, para que se funda al pasarse por la sartén. El bocado se napa con una salsa de champiñón, preparada con el hongo bien picado, nata y cebolla.
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