Nunca una pizza supo tanto a tierras vascas. Su base artesana, muy fina y bien horneada, acoge una deliciosa salsa brava, puerros asados y queso emmental rallado, y, coronando el conjunto, la panceta de euskal txerri: elaborada con pimentón, ajo y sal. Ese ‘bacón’ de verraco autóctono aporta un sabor especial al pintxo, que marida lo romano y lo vasco en un solo bocado.
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