Este pintxo causa sensación en el bilbaíno barrio de Uribarri. Para su elaboración se cuaja la tortilla a la vez que se confita el pimiento. Luego se rellena el pimiento verde. Para complementar los sabores más tradicionales y armonizar los olores se añade crujiente de cebolla y un toque de alegría riojana. Se sirve sobre una rebanada de pan. |
El clásico, el de toda la vida. Hay clientes que acuden casi a diario al Dólar para degustar el tradicional pintxo de pimiento relleno de carne picada. En la selecta barra del céntrico bar vitoriano hay otras propuestas de pimientos, como los de cristal ‘a mi gusto’ y el revuelto de piquillos. |
En este local hay pimientos rellenos de bacalao, bonito, huevo y carne. Para hacer éste último sólo se necesita carne picada fresca. Se introduce en el pimiento, que debe ser del piquillo, se albarda y se pasa por la sartén. Encima se pone un pimiento verde. |
Los pimientos morrones no deben ser ni demasiado rojos ni demasiado verdes, ni muy ácidos ni muy dulces. Primero, hay que asarlos en la plancha. Luego, se condimentan con ajo, aceite, guindilla y un poco de azúcar -para quitar el amargor-, sal y caldo de los propios pimientos. Se sirve en cazuela de barro. Una delicia. |
En este local los pimientos pueden estar rellenos de setas y langostinos o de bacalao. El de pimiento, que deber ser rojo, del piquillo, se colma con una masa hecha de cebolla pochada con pimiento verde, a la que se añade unas láminas de bacalao fresco -lomos de primera calidad- y se liga con una farsa de bechamel. Una vez relleno el pimiento, se fríe. |
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