La ostra que sirven en este restaurante
es de Pontevedra. Óscar Arrondo compra este molusco,
desde hace 20 años, al mismo distribuidor. Su cáscara
es fina, no muy grande y cóncava. Cuanto más cóncava
es la pieza, más carne, que debe ser fina y tersa. Resulta
imprescindible que la ostra esté bien abierta, sin que
se le rompa ni una sola de sus fibras. Muchos de sus
clientes las toman con el albariño Segrel ámbar, con
cuerpo, que tiene seis meses de maceración en barrica
de acero inoxidable. |
Siempre y cuando el cliente las
encargue con antelación, el restaurante del Gran
Hotel Lakua ofrece unas ostras gallegas de calidad insuperable.
Una buena ración del selecto manjar preparado
para ser degustadas con mimo y sin que falte ningún
detalle. |
La ostra de este local, de lo
cual está orgulloso su propietario, Javier Ferrer,
es la Edulis, plana, blanca y con un buen bocado, que
generalmente viene de Galicia. Debe servirse viva, sin
esquirlas y él procura que esté suelta
de la concha. Ideal acompañarlas con una manzanilla,
que tiene un aroma intenso y es refrescante. |
La ostra del Rimbombín es gallega, llega directamente de Cambados. El cliente puede optar entre la especial, de tamaño mediano, la superespecial, la más apreciada de todas, y la jurásica. Santiago Regullón, que lleva más de veinte años en la tarea, abre las conchas con el cuchillo, con sumo cuidado. Una vez abiertas, se les debe echar una gota de limón. El acompañamiento perfecto para degustar este molusco es el champán o, en su defecto, el cava. |
Importan todo el marisco directamente
desde Galicia, por lo que las ostras que ofrecen son
muy recomendables. Las sirven por unidades en la barra
y, si te quedas con ganas, puedes degustar una ración
completa en el comedor. |
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