Los hojaldres son la especialidad de esta casa. Sólo con azúcar, harina, mantequilla y sal, bien trabajados y posteriormente bien cocidos, suavemente, son capaces de hacer varios pliegues de hojaldre. Para esta tarta se necesitan tres capas, en medio de las cuales ponen una crema con sabor suave y merengue. Todo lo coronan con una capa de yema tostada y frutas del tiempo: frambuesas, fresas, moras, kiwis o arándanos. |
Inigualables y muy fáciles de comer porque no empalagan. Las trufas de La Peña Dulce son un pecado. Una ganaghe de bombón a la que le incorporan licor, chocolate y nata. Las hay de varios sabores: coñac, cointreau, café, vainilla, nata, praliné o naranja. Han cambiado de forma, antes eran redondas y ahora cúbicas. |
El turrón Intxaursaltsa es exclusivo de la pastelería Bizkarra y se basa en el típico postre navideño de las amamas vizcaínas hecho con leche, azúcar, nueces y un poco de chocolate. De esa mezcla sale un bloque duro y firme. |
Amaya es una confitería clásica que cuenta con un surtido de más de treinta clases de pastas artesanas elaboradas en su propio obrador. En estas fechas, la pastelería propone los turroncitos, unas exquisitas miniaturas del tradicional postre navideño de diversos sabores: chocolate, avellana, duro, blando… Por cierto, sus roscos de reyes son los más cotizados de la ciudad. Están solicitadísimos. |
Con ingredientes como manteca de cacao, mantequilla y frutos secos –pistachos, nuez, almendra y avellana– se crea un relleno, una pasta, que se baña con la cobertura de chocolate, de la casa Valrhona, que debe trabajarse previamente jugando con diversas temperaturas. |
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