Es el ganador del I Concurso Nacional de Tapas y Pintxos Medievales celebrado en Consuegra (Toledo). El certamen ponía una condición: el bocado debe mantener como base productos de la alimentación de la época en cada una de las ciudades participantes y, al mismo tiempo, contener los valores de la gastronomía actual, tanto en la presentación y la elaboración, como en el concepto. Así, Bixente Muñoz ha ideado un canapé especial que ya puede degustarse en su local, una tosta de ventresca de atún con Idiazabal roto y dulce de berza.

Precio: 2,50 €.
Dirección: San Pedro, 65 (Hondarribia).
La barra: El huevo de oro con migas de pastor y chipirones.

Este local, que data de 1911, aunque reformado en 1992, es uno de los más representativos de la villa. El rollito de bonito se prepara con el pescado picado y mahonesa, y se envuelve en jamón de York. Por encima se espolvorea un poco de huevo rayado.

Precio: 1,50 €.
Dirección: Plaza Nueva, 6 (Bilbao).
La barra: Más de cincuenta pintxos diferentes. Sabrosísima la brocheta de rape.

Un revuelto de bonito con mayonesa, tomate, pimiento verde, chaka y cebolleta con adornos de anchoa. Si hasta aquí el pintxo ya seduce, imagínalo colocado en una tostada de pan cortada como una suela de zapato.

Precio: 1,50 €.
Dirección: Paseo de la Constitución, 45 (Arnedo, La Rioja).
La barra: La chancla silvestre.

Es un clásico del local, una tostada de pan untada con tomate, bonito y una exquisita salsa casera que constituye el ingrediente secreto del pintxo.

Precio: 1,35 €.
Dirección: Samaniego, 8 (Vitoria).
La barra: Las croquetas.

Este es un pintxo que se sirve frío en la barra. Se desmiga el bonito y se le añade salsa rosa, un poco de picante y algo de cangrejo y marisco. Todo ello se pone dentro de la tartaleta. Por encima se le echa un poco de puerro. En el comedor del restaurante que nadie se pierda el marmitako, que ponen de chuparse los dedos.

Precio: 1,80 €.
Dirección:Luzarragako Bidea, 2 (Bakio).
La barra: Sería un pecado perderse las nécoras a la plancha.