Un delicioso crepe que tiene nombre matemático por lo bien que cuadran sus diferentes ingredientes. Una exquisita bechamel baña al pollo y a los champiñones. El queso derretido se encarga de rematar la faena. Se puede degustar en el interior del local o en su amplia terraza, y no es el único crepe que existe en la carta. |
En un barco de pan con tomate se pone una anchoa en vinagre (hecha por el propio cocinero del local, bien limpia de barbas y macerada durante dos días con vinagre y sal) con unas tiras de pimiento del piquillo y unos hilillos de cebolla frita. Todo ello se vuelve a tapar con otra anchoa en vinagre. Estupendo bocado. |
Sobre una rebanada de pan untada con mahonesa (la txalupa), se pone una sábana verde de cogollos. Los ‘bilbaínos’ van sobre ella en rojo y blanco. El rojo es un pimiento de Sudáfrica relleno de bonito, que comienza dulce y termina picante. El blanco es un huevo de codorniz con una estola de anchoa. Se come de dos bocados. Primero el pimiento y luego el huevo con la anchoa y la lechuga, que refresca el picor. |
En primer lugar hay que hacer una tajada de bacalao al pil-pil con el procedimiento clásico, con sus ajitos incluidos. La tajada se lamina, se hace por capas. Y sobre un pan tostado se pone una capa de pimiento rojo, otra de bacalao y un hongo boletus edulis. El conjunto se salsea con el pil-pil. |
Es llamativo ver cómo los disfrutan de un plato tan sencillo. Sobre una base de buena patata natural alavesa frita, se rompen de forma tradicional unos huevos de corral. El revuelto se corona con unas láminas de jamón ibérico a la plancha y su mezcla te conduce a la gloria. |
© DIARIO EL CORREO, S.A.U.