Conchi disfruta inventando recetas. La tomatada que hacía su madre y la profesión de su padre, pescador, se unen en un delicioso bocado. Una cestita de pasta con forma de tulipán. En su interior, pececillos fritos con algo de picante y pisto de calabacín. Un fino puerro sirve de lazo para envolver semejante regalo, que descansa en una cama de lechuga rodeado de numerosas flores de la huerta del chef. |
El aguacate se corta en lonchas muy finas, que se ponen en un extremo de una tosta de pan. En la parte contraria se coloca el pimiento verde y se adorna con una tira de salmón. En medio, queso de cabra. Por encima, una fina capa de huevo y otra de queso. |
Se saltea el champiñón hasta que quede tierno, luego se pincha en la brocheta y se intercala jamón crujiente. Para rematar, se rellenan los champiñones con crema de queso fundido y se adorna con sal de ajo. |
Llama la atención porque seduce la vista con su elegante presentación y culmina la conquista a través del paladar. Una ventresca de bonito con tomate deshidratado y pequeños tomatitos cherry. Todo ello, regado con una vinagreta de Pedro Ximénez. |
Las manitas de cerdo, a las que algunos también denominan de ministro, se cuecen con verduras. Se deshuesan y se meten en un molde para que, con su propia gelatina, se haga un bloque. Este bloque se parte en raciones, se rebozan y se fríen un poco. Se le añade salsa vizcaína, hecha con el caldo de la cocción de las propias manitas. |
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