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En el Bilibio tienen muy claro que a su audiencia hay que conquistarla a diario a través de sabrosas creaciones, y su tratamiento de la oreja de cerdo ibérico es una de ellas. El apéndice del gorrino lo cocinan rebozado y se consume acompañado de alegrías del país, esas guindillas coloradas que aportan regocijo y picante al conjunto.
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