Los espárragos se pelan y se hierven hasta que queden al dente, para evitar su amargura. Una vez escurridos y enfriados, se pasan por la plancha y después por el horno. El bocado resulta crocante porque va acompañado de una almendra marcona. Para finalizar se le añade sal maldon y aceite de oliva.
|
© DIARIO EL CORREO, S.A.U.