La berenjena, cortada en lonchas, se saltea a la plancha. Se hace una bechamel de carne muy ligera con harina, leche, mantequilla y ternera.
Se ponen tres capas de berenjena y se rellena con la bechamel.
Todo ello va cubierto con queso suave holandés Edam y gratinado al horno. La decoración corre a cargo de un crujiente de kataifi.