Hay algunos sofritos de tomate en conserva difíciles de superar en casa por su color, sabor y textura. Es el caso de este pecaminoso tomate frito valenciano que dan ganas de tirárselo por la cabeza. Lo elabora una empresa familiar cuyos orígenes se remontan a la receta de Isabel, cabeza de familia y matriarca del clan, cuyo apodo cariñoso da nombre a la marca. Son sus hijos los que lo fabrican y distribuyen respetando la fórmula original. El tomate es resultado de un proceso artesanal de guisado y se emplea para ello tomate natural de pera, pizca de azúcar, sal y aceite de oliva extraordinario. Hay diez variedades de tomate frito, sin conservantes ni colorantes, aunque el que más me pone es el Reserva, con los mejores tomates maduros del verano.