La palabra que define a este producto es equilibrio. Sabor neto a piquillos y, sin embargo, el resultado es refinado y armónico. La intensidad natural típica ha sido rebajada, sutilizada y tan sólo en el retrogusto insinúa un tono caliente y a la vez muy aromático, que induce a la duda entre el pimiento y la pimienta. Textura propia de una mousse tradicional, densa y a la vez, evanescente. Tiene múltiples aplicaciones, desde canapés hasta guarnición. Se compone de piquillos (52%), nata, huevo, sal y especias.