A estas alturas ya sabrán que la imparable aparición de las llamadas microcervecerías belgas y norteamericanas ha acabado aterrizando por nuestra geografía, dando el pistoletazo de salida en Cataluña y Madrid principalmente. Este tipo de pequeños artesanos elaboran una cerveza totalmente natural, como se hacía antes de la llegada de la industrialización, sin inyectar el CO2 de manera artificial, dejando que aparezca por la propia acción de la levadura, con lo que se consigue un bebercio de calidad y natural. Los de Olañeta, que llevan desde 1936 elaborando pacharán por el sistema tradicional, se animaron a finales de 2011 con el asunto cervecero y se tiraron un año currelando y fabricando diferentes muestras artesanas hasta que se decantaron por una tipo Ale al estilo belga, turbia y con todo su sedimento al no estar filtrada. La rubia es muy limpia en nariz, con un punto exótico, tremendamente suave y sabrosa, pero sobre todo fresca y con estupenda acidez. La tostada tiene ese puntito de bollería que tanto nos pone y no es de las que empalagan. Cervezas para gozar sin prisas y equilibradas.