El chivatazo nos lo dio Juan Echanove, que es un morro fino de primera. Nos aseguró que los brownies de Carmela son confite que te deja la olla del revés, así que nos aventuramos a pedir a través de su blog, esfumándose la caja de seis piezas en menos de lo que canta un gallo. Cuenta la leyenda que Carmela encontró una vieja receta de brownies en un cajón de la cocina y con los mejores ingredientes se puso a preparar estos pastelillos. El resultado, una masa compacta pero nada seca por dentro, con un sabor a dulce casero espectacular, con chocolate fetén y una lámina crocante por encima con un poco de azúcar. El de toda la vida, elaborado con chocolate y nueces es adictivo, pero también hay otras versiones como el de chocolate puro, el brownie de frutos del bosque, de chocolate blanco y avellanas, el Before Eight, con el toque british de chocolate y menta, el de la China, con naranja y chocolate o el Say Cheese, con sabor a queso.