PORTADA |
Un proyecto con futuro
Rafael García SantosUn proyecto bisoño, que está por consolidar pero al que vemos en muy buena línea y por el que apostamos, asumiendo los riesgos que conlleva. Se trata de un restaurante ubicado, como su nombre indica, en la sede del Parlamento autonómico balear, edificio de atractiva arquitectura monumental. Tanto las propuestas gastronómicas como las ejecuciones tienen gancho, para lo que es decisiva la presencia de Javier Villero en los fogones, un joven forjado en grandes casas. No deja de ser posibilista, llamado a conectar con un amplio segmento de mercado, lo que ya ha conseguido. Parlament ofrece platos de producto, siempre selectos, tal cual o cocinados de maneras sencillas. Se ofrecen recetas regionales españolas estupendamente plasmadas, con un significativo apartado de arroces, siempre con mariscos y pescados lujosos. Y multitud de fórmulas de alta cocina moderna que testifican la ilusión, formación y sentido del gusto del chef. Muy natural es el carpaccio de gambas, manjarosidad potenciada por una densa pero incontestable vinagreta de setas y rematada con una refrescante ensalada de berros en bouquet. Riquísima sale la sopa de mariscos, que se vende como crema al azafrán, con un caldo limpio y sibarítico que incita a abrevar, superando tan exquisito fondo a la propia guarnición: mejillón, berberechos y gamba. De inmenso cabe calificar el rodaballo, por calidad intrínseca, por la jugosidad de sus carnes y por los acompañantes: unas cebollitas infinitamente glaseadas y un gulesco puré de patatas que enriquece su carácter y entidad con sobrasada, pero en precisa medida. La papada proporciona otra alegría más: la grasa se funde hasta saturar de gozo el paladar, con sustanciosa y aromática salsa de Pedro Ximénez. No se prive de un arroz, el ciego con crustáceos, por aquello de que los tropiezos van limpios. En suma, responde a las expectativas del comensal y proporciona bastante satisfacción. |
|
|
||
|