Semana del 31 de julio al 7 de agosto de 2004

Dirección: Ctra. Real, 54. Arenys de Mar. (Barcelona). 08350.
Teléfono: 93 7910457.
Cierra: Domingos noche, martes, Semana Santa y octubre.
Precio: 60/100 euros.

CALIFICACIÓN 7,5
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HISPANIA (BARCELONA)
La mejor casa de comidas del mundo

Sus productos de primera y su manera de cocinar los alimentos engatusan al paladar más exigente

RAFAEL GARCÍA SANTOS

Vea la fotografía que aparece en esta página. Por favor, cierre los ojos. Aquí el amor se hace a oscuras, como en otros tiempos, a la antigua, sintiendo placer con impúdica vergüenza. Aunque declarando verdades, mi admirado Pera Soley y yo encontramos la virginidad gastronómica en nuestra última visita a casa de las hermanas Rexach, Lolita y Paquita (en la foto), a las que Cataluña, España y el mundo debían hacer un homenaje. Es un templo monumental de los orígenes, de las tradiciones, del placer puro y duro… de una verdad que todos queremos, sentimos y apreciamos, pero en extinción.

Ante usted, la casa de comidas más ilustre del mundo. Productos excelsos, los mejores adquiribles y una manera de guisar, que sin arte ni ciencia, sólo con intuición, trasmitiendo un don proverbial del gusto, engatusa a todo paladar, sin distinción de humanidad o celestialidad. Así fue nuestra última francachela, histórica, en la que vimos desfilar los milagrosos tomates de Montserrat con cebollas de Figueres y mongetas del ganxet; no se puede conseguir más distinción con las elementales formas.

El pan con tomate nos hizo sentir la patria por primera vez en nuestra vida. Las croquetas, crocantes y coulant de cocido, forman parte de los misterios indescifrables de la gastronomía. ¿Qué tienen para llevarnos al pajar? El plato de embutidos –fuet, salchichón, butifarras, bulls, etc.– representa la inmersión en la carnosidad y pringosidad más bestia y gozosa.

Más mongetas, por aquello de que en este establecimiento son de una finura y cremosidad únicas, dispuestas a compartir con el liderazgo mundial con las fabes de Casa Gerardo, en Prendes. En esta ocasión salieron a cazos, a cantidades ingentes, en compañía de más butifarra, esparragada, una salchicha que persiguen los estadounidenses para celebrar su coronación gastronómica.

Llegado este momento, hubo que darse un chapuzón en la manjarosidad mediterránea y desfilaron, a cuan más colosales, gambas rojas a la plancha, chipirones a la plancha y pulpitos a la plancha, bendita plancha, que sin ciencia ninguna consuma una manjarosidad insuperable.

Seducidos por Paquita, inmenso personaje, dimos cuenta de un pollo en escabeche que en realidad era un gallo de carnes prietas y negras, que sabía a gloria, y de unos callos a las especias, absolutamente limpios, reducidos en sus gelatinosidades, que nos hizo exclamar: ¡Más, mucho más!


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