Semana del 30 de abril al 5 de mayo de
2005
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Dirección:
Pza. Monseñor Florentino Rodríguez,
s/n. 26200 Haro. (La Rioja).
Teléfono:
941 304 463.
Información:
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Cierra: Las
noches de domingo, lunes y martes.
Precio: 45/70
euros.
Menú degustación:
41 euros.
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CALIFICACIÓN |
7 |
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LAS DUELAS (HARO)
Solidez y empuje
Superación culinaria
adornada con nuevas propuestas, incluso aún que
las clásicas anteriores
RAFAEL GARCÍA SANTOS
Este restaurante ha refrendado en su
segundo año de vida la notabilidad y sigue dando
síntomas de inquietud y superación. Ha
desarrollado una culinaria más trabajada intelectual
y prácticamente, que ha acrecentado su refinamiento
y empaque. Se aprecia tanto en los platos clásicos
de la casa como en las numerosas nuevas propuestas incorporadas
a la carta, que siendo muy posibilistas, poseen mayor
valor añadido que las precedentes.
La tradición estable queda representada
magníficamente, aunque quizás para la
sociología de la zona de manera un tanto escasa,
en apenas media docena de recetas. Las patatas a la
riojana mantienen una tónica decorosa, sin grandes
virtudes pero sin ningún defecto típico
(grasa, picante, excesivo chorizo), y resulta un condumio
rico y apetitoso. Los caparrones se ofrecen impecablemente
cocidos, salen enteros y con un suculento y bien ligado
caldo, acompañados en bandeja aparte por una
selecta guarnición de costilla, chorizo y morcilla
de arroz, de la que destacaremos esta última.
Lo mismo podemos decir de los callos
y morros de ternera a la riojana, realmente potentes,
con una salsa pantagruélica que calienta las
papilas gustativas y llama hacer honor a las bodegas
locales. Y doctorales las delicias de merluza rebozada
con pimientos asados, en que los pequeños tacos
del pescado brillan por el leve velo áureo y,
sobre todo, por la jugosidad y naturalidad gustativa.
Si Juan Nales muestra su fondo de cocina
en las fórmulas tradicionales, se supera en las
modernas de corte atemperado, que siempre están
impregnadas de enriquecedores toques personales. Las
verduras de temporada salteadas, que preservan todo
su color, sabor y textura naturales, han sido retocadas
y mejoradas con la incorporación de unas patitas,
manteniendo un sibarítico y embriagador consomé
de cordero.
La crema de guisantes con langostinos
frescos, ravioli de tocino y setas consagra, una vez
más, el refinamiento y una mesurada complejidad.
La merluza confitada, que representa una exaltación
de la inmaculabilidad gustativa y táctil del
pescado, muy selecto por otra parte, cuenta con dos
verdaderos alicientes: un lecho de trompetas de la muerte
y un pil pil de berberechos.
El pichón, gordo, mantequilloso,
sabroso, sangrante
estelar, se viste con un arroz
meloso de hongos también de primerísimo
nivel. Quehacer que se extiende a los postres, delicado
al paladar y de una evanescente cremosidad el helado
de queso fresco y yogur con granizado de tempranillo.
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