Semana del 28 de agosto al 3 de septiembre
de 2004
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Dirección:
C./ Reloj, 2 (plaza de Santa Ana). 35005. Las
Palmas de Gran Canaria.
Teléfono:
928 365557
Información:
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Cierra: Sábados
a mediodía, domingos, festivos y del 15
de agosto al 15 de septiembre.
Precio: 55/75
euros.
Menú degustación:
58 euros
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CALIFICACIÓN |
7 |
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EL CUCHARÓN (LAS PALMAS)
Progreso en la cocina típica
canaria
Pepe González, al
frente del restaurante, ofrece sin dudas la mejor cocina
canaria del momento
RAFAEL GARCÍA SANTOS
Sin lugar a dudas, Pepe González
ofrece la cocina genuinamente canaria mejor realizada
en las islas afortunadas. Se trata de una gastronomía
de raíz, claramente inspirada en la tradición
y que permanece fiel a los gustos ancestrales, del mismo
modo que a los productos aborígenes, si bien
ha sabido actualizarse en lo elemental, en lo que pide
la clientela: sabores refinados, densidades aligeradas,
potenciación de las jugosidades y platos más
y mejor vestidos. No significa, evidentemente, una transformación
culinaria conmovedora, pero sí una evolución
encomiable dentro de la más pura idiosincrasia
local.
La carta tiene platos inamovibles que
turistas y autóctonos acuden a conocer o rememorar,
simplemente porque nadie los elabora con el rigor de
esta casa. Así, constituyen una gratísima
obligación sus celebérrimas papas arrugás,
que la gran mayoría considera únicas en
la isla, en cuanto se presentan realmente arrugadas
y no tan sólo sancochadas (cocidas), como sucede
en la práctica en todos los sitios, dónde
se hacen de mala manera sobre la marcha. El tubérculo
se acompaña, como no podía ser menos,
con los clásicos mojos verde y rojo, aromáticos
y profundos, que ponen color, suculencia y un abanico
de fragancias a tan humilde y satisfactorio condumio.
Cherne y salsa de maíz
El Cucharón también alcanza
la gloria gastronómica en otra comida típica
de subsistencia: la ropa vieja. Eso sí, convenientemente
modernizada. En los fogones de este establecimiento
es sometida a un proceso de distinción, en cuyo
desarrollo el sofrito de patatas y garbanzos se ve enriquecido
con unas nobles carnes de pichón, responsables
del aporte de sustancia y carnosidad a la mezcla, gulesca
por encima de otras consideraciones gastronómicas.
Y si se quiere continuar en la misma línea de
rusticismo asumible, el comensal puede decantarse también
por el pastelón de berros. Huerta pura.
En el capítulo de pescados, brilla
con luz propia el cherne, que sale con un punto de hechura
muy actual y alardea de inmaculabilidad y delicadeza
táctil. Lo acompaña una resultona salsa
de maíz. Y entre las carnes, se llevan la palma,
con neta diferencia, la machorra guisada y el cabrito
en adobo.
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