Semana del 28 de julio al 3 de agosto
de 2007
EL CENADOR DE SALVADOR (MADRID)
Fogón aristócrata
RAFAEL GARCÍA SANTOS
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información
Dirección:
Avda. de España, 30.28411 Moralzarzal.
(Madrid).
Teléfono: 918 577 722.
E-mail: .
Cierra: Domingos noche, lunes y martes
mediodía y tres semanas en enero.
Precio: 80 / 140 euros.
Menú degustación:80 euros.
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CALIFICACIÓN |
7,5 |
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Si fuera posible comerse un concepto
abstracto y no unos elementos concretos, diríamos
que en el restaurante de Salvador Gallego se sirve,
sobre todo, elegancia: ése es el término
que mejor define la cocina que elabora este auténtico
aristócrata de los fogones, de larga y brillante
carrera, a quien ahora ayuda en Moralzarzal su hijo,
también Salvador de nombre. Elegancia desde que
el cliente accede al complejo, que incluye un hotel
de capricho, hasta que lo abandona. Y elegancia en la
concepción y ejecución de los platos,
que siguen moviéndose en ese terreno no siempre
bien definido que solemos llamar 'alta cocina', sin
más matices.
Lo primero que sorprende, ya en la mesa, es el extraordinario
surtido de panes, elaborados en la casa... entre los
que, curiosamente, no figura el pan 'blanco' que podemos
llamar 'normal'. Los aperitivos ya pueden ser una muestra
de la amplitud de miras de Salvador Gallego, al jugar
con cosas que van de una realmente deliciosa sopa de
melón con espuma de naranja (la tecnología
al servicio del gusto, y no al revés) hasta unos
superclásicos y sabrosos buñuelitos de
bacalao.
Aquí gusta trabajar con materiales nobles, y
se aprovecha muy bien la temporada de todo tipo de productos,
como las setas: las setas de cardo 'de botón',
sin más adorno que un ajete troceado y sal marina
degustadas en la última visita quedarán
siempre en el recuerdo. Materiales nobles... sí,
desde unas cigalas de tamaño espectacular y textura
perfecta servidas con un magnífico tomate gelatinizado
hasta la categoría de los pescados que figuran
en la carta; hay que estar atentos a la lamprea en temporada,
porque aquí trasciende de la receta rústica
y clásica para subir, cómo no, en la escala
de la elegancia.
Pero sin duda una de las especialidades de la casa es...
la pluma. No sólo la de ibérico, perfecta
en calidad y punto, sino exactamente la caza de pluma:
desde tórtolas a la cada vez más apreciada
'grouse' o perdiz escocesa, pasando por aves tan 'raras'
en cartas como malvices, becacinas... También
se cuida mucho el averío de corral. Creatividad
en los postres, muy en línea actual; bodega simplemente
magnífica, y una sala que capitanea Margarita
Gallego en la que todo marcha como una seda y, cómo
no, con elegancia. Y es que, al menos en esta casa,
uno se convence de que, en efecto, la elegancia es comestible.
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