Semana del 20 al 26 de mayo de 2006
EL SERBAL (SANTANDER)
Reforma constante
RAFAEL GARCÍA SANTOS
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Dirección:
Andrés del Río, 7. 39004 Santander.
Teléfono:
985 840 991.
Información:
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Cierra: Domingos
noche, lunes y febrero.
Precio: 50/80
euros.
Menú degustación:
50 euros.
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CALIFICACIÓN |
7 |
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Cambio significativo el experimentado
por este restaurante y su cocina en los últimos
tiempos. Se ha ampliado y reformado el comedor, que
hace gala de mucho empaque, en consonancia con un profesional
de sala tan dilecto como Rafael Prieto, socio del chef.
Además de tratarse de un perfecto maestro de
ceremonias, merece la consideración de ser uno
de los mejores sommelier del país, pues ofrece
vinos desconocidos de gran calidad a precios tentadores.
A él le debemos el conocimiento del champán
Cudel, que recomendamos efusivamente.
Además de un nuevo y distinguido
'look', que muestra la ambición de los propietarios
y su éxito, es menester destacar el salto cualitativo
que se aprecia en los fogones, de los que se ocupa Fernando
Sainz de la Maza, el otro patrón de la casa.
El progreso se constata en la solidez de las construcciones
y en su terminado, siempre efectivo.
Fórmulas que atesoran buenos productos,
certeros puntos de cocción, claros conceptos,
sabores fáciles y refinados, suficiente complicación
para marcar la diferencia y, sobre todo, efectividad.
El comensal acaba admirando el trabajo del equipo de
cocina, pues su compromiso, conocimientos y honestidad
transmiten ganas y proporcionan bastante satisfacción.
Toda la carta, salvo la terrina de foie
gras y membrillo con aceite de miel y pan brioche, llamada
a sobrevivir al paso de los años, ha cambiado
en el último calendario. Los bocartes en vinagre
tienen una gota de acidez aderezada en el último
segundo para preservar su naturalidad plena. Se muestran
prácticamente crudos y son un testimonio de claridad
mental reformando la Historia con sensatez: crema de
guisantes, tuétano de tomate, queso Jarradilla
Extraordinarios.
El carpaccio de cordero y foie gras con
arroz salvaje frito, lascas de queso de oveja y aceite
de hongos tiene la magia de dulcificar la crudeza con
cremosidad. El arroz con callos de bacalao, setas y
trufa es otro valor seguro que, sin asombrar, convence
a todos. El atún, excelente en sí, magistral
en hechura, con cebolla confitada, sorbete de remolacha,
vinagreta de melocotón, hojas de acelgas y cuatro
sales para que el comensal participe de la fiesta, es
una fórmula audaz implica al cliente,
cromática, deliciosa e impecable.
Como casi todos los pescados, sale excelso
el salmonete a la plancha con percebes, cachón
y espárragos, la enésima constatación
de que el cocinero juega limpio y seguro poniendo suficiente
luz y color para marcar la diferencia sin controversias.
Y la paletilla de cordero lechal con cebolletas y crema
de ajos al enebro demuestra dominio.
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