Semana del 10 al 16 de febrero de 2007
ROIG ROBI (BARCELONA)
Cocina revitalizada
RAFAEL GARCÍA SANTOS
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Más
información
Dirección: Séneca,
20. 08006 Barcelona.
Teléfono: 932 189 222.
E-mail: roigrobi@
roigrobi.com
Cierra: Sábados al mediodía,
domingos, festivos y tres semanas en agosto.
Precio: 60/100 euros.
Degustación: 63 euros.
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CALIFICACIÓN |
7,5 |
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Renovado esfuerzo de Joan Crosas, que
ahora dirige los designios de esta casa, eso sí,
bajo la supervisión de su madre, mi querida y
admirada Mercé Navarro, fundadora del establecimiento,
que a sus 72 años sigue imprimiendo vitalidad
y carácter. Hoy como ayer cocina de mastresa
distinguida y actualizada. Si bien, repetimos, impregnada
de tanta o más ilusión que nunca. Y eso
hace que en este establecimiento se coma maravillosamente.
Inmaculados los rovellóns, que alardean de frescor
y de una cocción impecable. De una sutilidad
asombrosa la coca de ceps, mozzarella y cebolla. Verdaderamente
manjarosos los chipirones salteados acompañados
de unos cremosísimos ñoquis de patata
con la presencia cromática de la tinta.
La lasaña de foie gras y verduras preserva de
manera arcangélical las cualidades de todos los
componentes: las pasta sabe a pasta, el hígado
muestra su debido esplendor y las hortalizas exhiben
colorido y textura. El arroz siempre ha tenido en estos
fogones un tratamiento doctoral, el de gambas, en esta
ocasión, merecía exclamaciones sonoras
como «¡la madre que te parió, Joan!».
Y el hatillo de rabo de buey con puré de patatas
conlleva el embellecimiento de la gula, ya que destaca
por ser un plato apetitoso y hermoso al mismo tiempo.
Nos relamemos con los jamones que adornan la carta de
Roig Robi, con el tartar de lubina y langostinos; una
crudeza deliciosa o la sempiterna y excelsa esqueixada
con tres texturas de tomate, una de las más exquisitas
y originales ensaladas de bacalao que uno pueda saborear.
Otro plato de relumbrón es el arroz con espardenyes
y alcachofas o guisantes, según temporada, en
que la gramínea manifiesta su naturaleza gustativa
y táctil, con el aliciente de unos realces primorosos
que saben desempeñar perfectamente su protagonismo
sin robar un ápice de brillantez al cereal.
En primavera siempre están presentes los finísimos
y dulces guisantes de Llavaneres, que se rehogan con
habas, cebolla tierna y butifarra negra, elementos que
aportan identidad y complejidad. El lomo de lubina con
finísima y crujiente coca potenciada con tomate
confitado y olivada trasmite pura y sibaríticamente
los sabores mediterráneos.
Otro valor que se sitúa por encima de cotizaciones:
el rape con almejas y langostinos, cebolla confitada
y salsa de ron quemado. Y más satisfacción
proporciona el sencillo y exquisito bacalao confitado
con pochas y cebolla confitada.
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