Semana del 4 al 10 de febrero de 2006
ES MOLÍ DEN BOU (MALLORCA)
Directo y con encanto
RAFAEL GARCÍA SANTOS
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Dirección:
Sol, 13. 07530 Sant Llorenç des Cardassar
(Mallorca).
Teléfono:
971 569 663.
Información:
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Cierra: Lunes
y 15 días en enero y noviembre.
Precio: 60/90
euros.
Menú degustación:
50/70 euros.
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CALIFICACIÓN |
7 |
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Un proyecto ambicioso el inaugurado en
2001 por Tomeu Caldentey, que se encuentra en fase de
consolidación. Ambicioso por el marco una
preciosa construcción de estilo insular,
por el equipo de cocina y sala, por el espíritu
culinario... ambicioso y, a la vez, realista. Estamos
convencidos de que está llamado a triunfar en
lo comercial e ir creciendo en lo gastronómico.
Indudablemente los platos atesoran un don del gusto
proverbial y unas materias primas espléndidas;
conquistan el paladar y el corazón.
El comensal aprecia nobleza, trabajo,
esfuerzo, finura, inquietud... y hasta idealidad. Vamos,
que la comida está elaborada con buenos mimbres
y bien, satisfaciendo bastante, con independencia de
valoraciones culinarias. Y decimos esto porque se aprecia
cierta tendencia a sobreponer ingredientes, a disponer
rellenos, a la mezcla sápida, a la gustosidad
refinada más que a preservan la identidad de
los elementos, su naturalidad palatal y táctil.
Conjuntos logrados y fáciles, muy agradables.
Es el caso de la sepia con pimientos,
la primera en dados excesivamente picados y los segundos
en puré, que unidos se montan cónicamente
y se rocían con salsa negra. Otro ejemplo de
ese estilo en la construcción: llampuga, melón
y jamón por capas, unas encima de otras. Ambos
bocados complacen, y mucho, igual que el ravioli de
gambas cobijando en su seno cous cous y trampo (variedad
local de ensalada), articulación que en este
caso cuenta con la clara definición de dos colas
del mismo marisco vuelta y vuelta.
Superior si cabe, por inmaculabilidad,
el chipirón a la plancha, impecable, colocado
sobre un puré de patatas a la vainilla y parte
de él napado con un gel de pimientos. El San
Pedro, recién pescado, se ofrece en una cocción
convencional, sobresaliendo la salsa de vino tinto con
frutos rojos y la pera que le acompañan; doble
salto mortal vitoreado.
El único plato que perdura desde
la primera carta es el de los canelones, que llegan
a la mesa rellenos de picadillo y setas. Predominan
los trozos de ceps, bañados por una salsa de
estos con jugo de carne y nata; suculentos. Y estelar
el picantón, cuya pechuga se presenta a la plancha,
jugosísima, y la pata deshuesada rellena de orejón
y foie gras; repetimos, colosal.
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