Semana del 21 al 27 de abril de 2007
READ'S (MALLORCA)
Lujo en Mallorca
RAFAEL GARCÍA SANTOS
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Más
información
Dirección: 07320 Santa María.
(Mallorca). Ca´n Moragues, en la ctra. vieja
de Santa María-Alaró.
Teléfono: 971140261.
E-mail: readshotel@readshotel.com.
Cierra: Siempre abierto.
Precio: 80/100 euros.
Degustación: 89 euros.
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CALIFICACIÓN |
7,5 |
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Esplendoroso Relais&Château
en plena campiña que brinda una perfecta simbiosis
de lujo y naturaleza. En este palacio de la buena vida,
construido por Vivian Read, oficia otro inglés,
Marc Fosh, una cocina de corte cosmopolita en la que
llaman la atención el refinamiento, la técnica,
el conocimiento, la complejidad, el cromatismo...en
resumen, la cultura gastronomica. Platos siempre muy
estructurados, muy reflexionados, en los que priman
las materias primas, selectísimas, los puntos
de hechura, impecables y la sofisticación sápida.
Contrastes a la última como el bacalao, jugosísimo,
recubierto por una gelatina de aloe vera y dispuesto
sobre una sopa fría de guisantes perfumada frescamente
con hierba limón. Consistencia estructural y
gustativa que queda patente en el pichón ligeramente
ahumado con foie gras, vinagreta de habas y, otra vez
más, mil detalles palatales y cromáticos:
habitas, guisantes, lentejas, maiz, brotes... exuberancia.
Otro motivo de alegría lo proporciona un género
que siempre se ha bordado en la casa, las vieiras, nobles
y precisamente tratadas, que aparecen engalanadas con
un atractivo polvo de remolacha y una crema de castañas
impregnada de fragancias de trufa blanca. La lubina
con caramelo de crustáceos, gelée de pomelo,
patata y caviar sabe mezclar mágicamente el academicismo
con la osadía, esta expresada con cuenta gotas,
en su precisa medida. Porque la cocina de Marc es precisamente
eso: un equilibrio entre el mundo asumido y por llegar,
en la que se muestra el saber hacer capitalizado durante
generaciones trufado de modernidad y fantasía.
El rodaballo salvaje con quinoa, polvo de aceitunas
negras y esencia de tomate verde tiene toda la rimbombancia
que se pueda tener y cierto encanto mediterráneo.
Y formidables carnes, como el muy noble y muy solemne
lomo de cordero ¡Que manjarosidad! ¡Qué
ternura! ¡Qué jugosidad! con pipas de calabaza
tostadas, alcachofas y saúco. Claro que tampoco
conviene olvidar el rutilante pato con eucaliptus y
piña, que aúna academicismo, exotismo
y excelsitud.
Por lo demás, la sala es magnánima, como
el edificio y la finca, con un consumado maestro de
ceremonias: Jaime Casares.
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