Semana del 3 al 9 de marzo de 2007
LA HUERTONA (ASTURIAS)
Asturias, al natural
RAFAEL GARCÍA SANTOS
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Más
información
Dirección: Ctra. de la Piconera,
s/n. 33560 Ribadesella. (Asturias).
Teléfono: 985 860 553.
E-mail: restaurante@
lahuertona.com
Cierra: Lunes noche, martes y febrero.
Precio: 60/90 euros.
Degustación: 45 euros.
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CALIFICACIÓN |
7 |
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Esta antigua sidrería vestida
de modernidad cada año incorpora a carta unas
pocas novedades, por lo que se puede aseverar que se
recrea en su oferta y ser. Dispone sobre la vajilla
mucho producto, en puntos de cocción convencionales
actualizados, con contados elementos, si bien ataviados
con elegancia y sobriedad y respetando siempre la memoria
histórica. Una cocina convincente por su nobleza,
naturalidad, sensatez, efectividad que sintoniza plenamente
con su clientela. Y es que el patrón, José
Manuel Viejo, es un hombre astuto, cualidad que trasluce
en cuanto hace. No pretende otra cosa que agradar, agradar
renovando moderadamente, y lo consigue a tenor de su
éxito, clamoroso.
Entre las reformas, las tostitas de pulpo con alioli
se han reconvertido en unas patatas chips con el cefalópodo
a la gallega más la célebre salsa con
aroma a ajo. La ventresca de bonito ha pasado a ofrecerse
con unas lascas crocantes de jamón y una salsa
de carne. Y el solomillo, que antes llevaban un puré
de patata reforzado con salsa de queso asturiano, se
ve ahora realzado con mostaza y otros toques. Como principal
novedad tenemos la sopa de tomate con almejas, berberechos,
percebes y albahaca.
En consecuencia, a esta casa se acude a recrearse en
los grandes éxitos. A picar la colosal tosta
de jamón de Joselito con tomate y aceite de oliva,
unos sensacionales calamares fritos al aroma de ajo,
unas popularísimas croquetas de manzana reineta
con foie gras... e incluso procede regalarse unos percebes,
unas nécoras o unos camarones. Luego, el huevo
escalfado con pantrucu y picadillo de chorizo tiene
encanto en su rusticidad.
La fabada es de las más recomendables de la región,
pero otra opción tan excelente la tenemos en
la sopa de fabes con almejas, cuyo puré aparece
impregnado oceánicamente, recordando a una salsa
marinera, realce de un marisco que preserva toda su
identidad sápida y táctil. Y siempre hay
que decir sí al mayor emblema de la casa, su
majestad el cordero, que se ofrece asado, en dos versiones,
bien la paletilla, que puede codearse con las muy buenas
castellanas, en cuanto posee manjarosidad y una hechura
encomiables, bien el carré, que ratifica la nobleza
del lechazo y la destreza de los oficiantes. Todo ello,
en un ambiente grato y de bucólicas vistas.
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