Semana del 17 al 23 de enero de 2004
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Dirección:201008
Vitoria (Álava). Beato Tomás de
Zumárraga, 2 (esquina Cercas Bajas).
Teléfono:945138200
Cierra: Domingos
noche y lunes.
Precio: 40/60
euros
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CALIFICACIÓN |
6,5 |
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AZAGA VITORIA)
Inquietudes ponderadas
Restaurante que ha sabido
triunfar aplicando una fórmula efectiva: sencillez,
cierta distinción, profesionalidad y una conseguida
relación entre calidad y precio
RAFAEL GARCÍA SANTOS
El restaurante de la familia Suárez,
con Javier y Fernando al frente del trabajo, ha sabido
triunfar aplicando una fórmula efectiva: sencillez,
cierta distinción, profesionalidad y una conseguida
relación entre calidad y precio. En el plato
nada rompe con la tradición y todo se muestra
redefinido. Nada se sofistica, si bien todo sobrepasa
la simplicidad. Y, por lo general, uno y otro plato
están buenos; tienen hechuras de un chef
con mucho oficio, Aitor Basterra, que impregna de refinada
suculencia cuanto guisa. Incluso lo escenifica con aires
renovados y de cierta importancia.
La
casa ofrece aperitivos, lo que quiere decir que no se
regatean detalles ni esfuerzo. Por ejemplo, un chupito
de crema de guisantes con una brocheta de tocineta y
pequeñas croquetas; atractivo y de enorme ricura.
Ya metidos en carta, el pulpo con aceite y pimentón,
además de puré de patatas enriquecido
con berza y piñones incrustados, supone escenificar
en alta culinaria el costumbrismo gallego de feria conservando
sus sabores característicos.
Los huevos revueltos con morcilla de Burgos desmigada
y manzana engalanados con patatas pajas son una tontería
inmensamente satisfactoria, llamada a la gula universal,
y atesoran el proverbial equilibrio del cocinero a la
hora de disponer los ingredientes, así como una
buena técnica. En un tono de corrección,
de gustar sin entusiasmar, se encuentran las almejas
medias, abiertas en sartén en
un punto más convencional que gourmet,
acompañadas de un sutil refrito refrescado con
limón.
Postres con empaque
Inmaculadas las cintas de pasta con láminas de
hongos salteadas, lascas de panceta ahumada, yema de
huevo líquida y caliente y escultural rulo de
queso idiazabal; complementos impecables que sacian
el paladar sin enmascarar al ingrediente principal.
El lomo de bacalao fresco, salado en casa, sobre arroz
caldoso de pulpo y berberechos, con evocaciones marineras,
atina plenamente en la naturalidad y jugosidad, aunque
le falta dar en el pleno de la sabrosura. Que se alcanza,
sin embargo, en la vizcaína de morros, callos
y pata de ternera, en plan guiso, o en la paletilla
de cordero lechal con patatas panadera y ensalada, en
el asado.
Los postres tienen a su vez hechuras y empaque: carpaccio
de piña con perfume de hinojo y sorbete de yogur.
En fin, se aprecia solidez, hay resultados y se encuentra
a gusto en su segmento de mercado. Con más derroche
de géneros, con más estructura
sería
una mesa notable.
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